El derrumbe del acantilado en la playa de Argaga, en el municipio gomero de Vallehermoso, no ha dejado víctimas mortales, pero sí una ingente cantidad de trabajo por delante. Tras varias horas de búsqueda, parece prácticamente imposible que haya ninguna persona bajo las toneladas de piedra que se precipitaron al mar en la tarde del sábado en este núcleo costero y sepultaron un embarcadero. Por ello, las administraciones de la isla colombina se centran ahora en solicitar al Gobierno de Canarias declare la emergencia en la zona para que los trabajos de reconstrucción comiencen lo antes posible y que la zona recobre así la normalidad en breve.

Mientras tanto, el núcleo de Argaga permanece incomunicado. Durante el día de ayer, el presidente del Cabildo de La Gomera, Casimiro Curbelo, indicó que el dispositivo de búsqueda puesto en marcha en la tarde del sábado, y que continuó ayer por la mañana, permitía “descartar desde la superficie que no hay ninguna persona en el lugar”. Durante la noche, el dispositivo de tierra formado también por perros rastreadores, buscaron sin resultado posibles víctimas que estuvieran en la zona en el momento que en el se produjo el derrumbe. También colaboraron dos helicópteros del Grupo de Emergencias y Salvamento de Canarias.

Ante las buenas noticias, las administraciones gomeras se centran ahora en iniciar los trabajos en la zona. “Estamos buscando especialistas” que llevan a cabo un derrumbe controlado de la zona que aún se encuentra inestable, indicó el presidente insular, quien reconoció la necesidad de que el Gobierno de Canarias declare la emergencia en el lugar y así agilizar los trabajos. El alud del sábado se produjo a escasos metros de varias caravanas que se encontraban aparcadas en la costa, junto a varios coches. Además, a unos 50 metros se ubican varias viviendas vacacionales que en el momento del suceso se encontraban ocupadas por turistas.

El desprendimiento en el acantilado de Argaga se produjo sobre las cuatro de la tarde del sábado y desde ese momento se activó el operativo de emergencias que contó con la coordinación del Cabildo de La Gomera, la cooperación de los ayuntamientos de Vallehermoso y Valle Gran Rey, Protección Civil, Bomberos Voluntarios de Valle Gran Rey, Servicio de Mantenimiento de Carreteras, Guardia Civil, Policía Local, Cruz Roja, Servicio de Urgencias Canario y tres helicópteros del GES.

Sin víctimas

Las unidades caninas de la asociación Ayuda en Emergencias Anaga (AEA) que se desplazaron al lugar no detectaron durante la jornada dominical personas bajo los las toneladas de tierra caída en la playa de Argaga, por lo que se desactivó el dispositivo de seguridad y emergencias a mediodía. AEA también activó su grupo de perros de salvamento para colaborar en las labores de rastreo. Además, los habitantes de la zona no echaron en falta a ningún vecino. Y es que minutos antes de que se produjera el desprendimiento, la caída previa de parte del acantilado hizo que las personas que estaban en los alrededores del embarcadero se alejasen. A pesar de todo ello, el dispositivo de seguridad desplegó durante la mañana varios helicópteros y drones que sobrevolaron la zona costera para constatar la estabilidad del acantilado y continuar buscando posibles víctimas.

Incomunicados

Ayuntamientos y Cabildo trabajan ahora para garantizar la llegada de suministros a la zona costera que ha quedado incomunicada. “No podemos garantizar al 100% la seguridad en la base del acantilado por lo que la mejor opción ha sido la de cerrar cualquier tipo de acceso”, explicó Curbelo, quien recordó la necesidad de construir también ahora un nuevo embarcadero después de que el anterior resultara sepultado tras el alud y que facilitará ahora los desplazamientos en la zona. Y es que son más de 30 las personas que viven en este núcleo costero y que permanecen incomunicadas desde la tarde del sábado.

“Le pediré al presidente del Gobierno de Canarias que declare la emergencia para tener la seguridad de que los ciudadanos que viven allí puedan acceder a sus viviendas con seguridad y puedan hacer una vida normal lo antes posible”, afirmó ayer a escasos metros de donde se produjeron los hechos el pasado sábado. Curbelo añadió que ya se están buscando alternativas para evitar el aislamiento de la zona y de forma provisional se van a establecer mecanismos tanto aéreos como marítimos que permitan el traslado de víveres y personas.

En este sentido, el alcalde de Vallehermoso, Emiliano Coello, explicó que también se está negociando con el complejo hotelero que se encuentra ubicado en Argaga para que no continúe haciendo reservas hasta que no se establezca la manera de garantizar la accesibilidad al lugar. “Sabemos que se trata de un lugar muy atractivo pero hasta que las condiciones no permitan su disfrute preferimos que no acudan turistas”, explicó ayer el regidor gomero. Por su parte, el alcalde de Valle Gran Rey, Ángel Piñero, celebró la buena noticia de que no se produjeron víctimas tras el alud, “lo que nos dejará ahora trabajar con normalidad pero con prisa para evitar que sucedan más desgracias en la zona”, sentenció.

Durante la mañana de ayer se celebró una reunión de coordinación que contó con la participación del presidente del Cabildo de La Gomera; el director general de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias, Gustavo Armas; el director insular de la Administración General del Estado, Mario Cruz; y los alcaldes de los dos municipios implicados, además de representantes del resto de entidades y asociaciones afectadas . En este encuentro, Casimiro Cuerbelo explicó que los trabajos de estabilización del talud requerirán de tiempo y que se podrán hacer con “mayor sosiego” gracias a que no ha habido que lamentar víctimas mortales.