"Tuve que ir al psicólogo para tratarme de una violación. Me refería a mi padre". Con estas palabras, entre sollozos, la hija menor del acusado se refería este miércoles en la Audiencia de Palma a los presuntos abusos sexuales continuados de su padre. El fiscal solicita 24 años de prisión para el procesado por abusar, supuestamente, de sus dos hijas desde que estas tenían siete y diez años.

El acusado, de 42 años, negó que existieran tales abusos, aunque sí admitió que sus hijas preferían venir a verle a él con frecuencia en lugar de su madre. "Son mis hijas y las adoro", espetó con un breve llanto. Su testimonio difirió diametralmente del de las dos denunciantes.

De acuerdo con el escrito del fiscal, estos abusos sexuales se habrían iniciado con su hija mayor en 2007, cuando esta contaba tan solo con siete años. Consistían, presuntamente, en tocamientos y sexo oral. Entonces vivía en Inca. Dos años después se mudó a Vilafranca y sus hijas le visitaban en fines de semanas alternos.

A partir de este instante, supuestamente, el padre comenzó a tener relación sexuales con penetración con su hija mayor. "No usaba preservativo porque decía que tenía alergia al látex", declaró la afectada. Esta excusa utilizada por el progenitor también fue reconocida por la menor.

En el año 2010, el acusado se mudó a la localidad de Son Servera. Dos años después, cuando su hija menor contaba con diez años, comenzó a abusar supuestamente de ella. También se trató de abusos con penetración y llegó a introducirle un vibrador.

Intentos de suicidio

La hija menor del procesado declaró que había acudido a un psicólogo para denunciar una supuesta violación, aunque aludía a su progenitor. También admitió que se autolesionó varias veces para tratar de acabar con su vida.

De acuerdo con el testimonio de las hijas, su padre las convenció para hacer un trío con la promesa de que así pondría fin a los abusos sexuales. Aunque estos no cesaron. Su calvario solo llegó a su fin cuando las dos menores se armaron de valor para narrarle los abusos al tutor del instituto. Este se encargó de instarles a que lo denunciaran a la Guardia Civil.