Ayer fue un día especial en la vida de Herminia y sus hermanos. Diez años después pudieron volver a la finca y la vivienda de sus padres en Llano del Moro. En todo este tiempo, la citada propiedad ha estado ocupada por varias personas, que, de manera literal, casi la han destruido por dentro. Pero, al menos y por ahora, han logrado recuperar el uso de ese inmueble y sus alrededores. El camino judicial no ha resultado sencillo para esta familia y su abogado, Alfredo Mesa, explica que se trata de un buen ejemplo de la necesidad de cambiar la legislación para proteger un poco más a los propietarios de bienes inmobiliarios.

Mesa explica que el domicilio y el terreno recuperados ayer se hallan en la carretera que enlaza el barrio de El Sobradillo con La Esperanza; "es decir, que es muy visible". Tras el tercer ocupa, Herminia y sus hermanos decidieron tapiar la casa con bloques. Pero eso no fue obstáculo para que los siguientes ocupas utilizaran la vivienda, después de "reventar" las paredes levantadas en puertas y ventanas. Mesa recuerda que, en 2018, la citada familia denunció un delito de usurpación de la finca y la Fiscalía de Santa Cruz de Tenerife decidió impulsar la vía penal en el asunto.

Se celebró el juicio y la ocupa identificada no se presentó a la vista. La citada mujer fue condenada a la restitución de la casa a sus propietarios, según consta en una sentencia de febrero de este año. Pero a mediados de marzo llegó el estado de alarma y no se pudo ejecutar la citada medida, ya que, con el estado de alarma, se paralizaron todos los desahucios en el país. Y en julio hubo un primer intento de lanzamiento. Sin embargo, cuando la comisión judicial se presentó en la finca de Llano del Moro, en la casa no estaba la ocupa identificada en el procedimiento, sino otro individuo, según Mesa. Este abogado considera que dicho hombre entró en la vivienda con la connivencia de la citada mujer, que procede de Gran Canaria. Y hubo un nuevo retraso.

Al final, la recuperación del inmueble se realizó a las 10:00 horas de ayer. El letrado afirma que los ocupas "se llevaron el cableado eléctrico y la fontanería estaba reventada". También se llevaron todas las puertas y una habitación estaba llena de excrementos de perros en el suelo. En opinión de Alfredo Mesa, los últimos usurpadores de la propiedad utilizaron dicho cuarto para criar perros de raza, supuestamente con el objetivo de venderlos. Por ese motivo, en el domicilio también había ayer numerosas pulgas y chinches, apunta Mesa. Para el letrado, en estos casos de ocupación, de forma general, el delito de usurpación oculta otros, al menos, los de daños materiales, robo con fuerza y hurtos. "Pero esas infracciones penales no son juzgadas", aclara el abogado.

Ahora, la familia de Llano del Moro tiene otro problema. Los ocupas les dejaron en el terreno dos coches y, como estos no figuran como robados, la Policía Local no acude a retirarlos, indica el letrado. Eso significa que habrá que empezar un nuevo trámite.