La Guardia Civil de Picassent detuvo en la madrugada de este miércoles a un hombre por violar a una mujer, expareja suya, a la que tuvo retenida durante horas en una caseta semiabandonada, en las afueras del municipio, hasta que la víctima pudo escapar en un descuido de su captor. La mujer fue rescatada por una pareja que pasó en ese momento casualmente por la zona y que tuvo que forcejear con el secuestrador, ya que intentaba arrastrarla de nuevo con él hacia la casa. La víctima se encuentra bien, aunque con magulladuras, heridas y lesiones sufridas durante las agresiones sexuales. El presunto violador permanece detenido y pasará este viernes a disposición del juez de guardia de Picassent.

Fue pasadas las nueve de la noche cuando una pareja joven que regresaba a su casa en coche vio, en el Camí del Realó, en Picassent, a un hombre desnudo que trataba de arrastrar por la fuerza a una mujer hacia el interior de la maleza. Sin dudarlo, detuvieron el vehículo y el chico salió en auxilio de la mujer. No fue fácil. Tuvo que forcejear con el secuestrador hasta que logró arrancarle a su víctima e introducirla en su propio vehículo. La pareja llevó a la mujer directamente al cuartel de la Guardia Civil, que a partir de ese momento le prestó asistencia a la víctima y puso en marcha un operativo para detener al autor de la brutal agresión.

Gracias al testimonio de la mujer, que tuvo que recibir asistencia médica en el hospital y reside en otro municipio distinto que Levante-EMV no revela para garantizar su anonimato, supieron que su presunto agresor había sido pareja suya hasta hace unos meses, en que terminó la relación. El miércoles, la mujer accedió a acompañarle a su casa, pero su intención no era en absoluto volver con él, de manera que cuando le propuso mantener relaciones sexuales ella se negó.

Fue entonces cuando, por la fuerza y bajo amenazas, comenzó a violarla. Y así permaneció durante horas hasta que, en un momento determinado, le pidió que la dejara salir un momento porque necesitaba orinar y en la casa, completamente desastrada y llena de enseres y desechos, ni siquiera había baño.

La mujer aprovechó para salir corriendo a la carretera, pero su captor se dio cuenta y salió inmediatamente a por ella sin importarle siquiera que estaba totalmente desnudo, amparado en el convencimiento de que nadie les iba a ver. Se equivocó: la fortuna hizo que justo en ese instante pasara el coche de la pareja y que la salvaran.

Agentes de la Guardia Civil salieron de inmediato hacia la casa, que mantuvieron cercada durante más de dos horas para evitar la huida del maltratador. Pasadas las doce de la noche, llegó al lugar el tío del sospechoso, quien no solo les autorizó, como morador de la vivienda, a entrar y registrar la casa, sino que además les contó que su sobrino le había pedido que "se perdiera unas horas" para quedarse a solas en la casa con su expareja, aunque el hombre no tenía ni idea de las intenciones reales de su sobrino.

Los agentes de la Guardia Civil de Picassent, pertrechados con escudos y chalecos dado que estaban advertidos de que posiblemente disponía de un arma de fuego y de varios machetes -había sido infante de Marina, según él-, revisaron y aseguraron una por una las estancias, hasta que, en la segunda planta, encontraron, oculto bajo una manta, entre escombros, colchones viejos y basura, al presunto violador, totalmente desnudo. Era la una de la madrugada.

El sospechoso, que ofreció una fuerte resistencia, fue finalmente reducido, para lo cual el guardia civil que lo localizó tuvo que hacer uso de su escudo para inmovilizarlo. El agente, auxiliado por sus compañeros y por policías locales de Picassent que también se habían sumado al operativo, colocó las esposas al presunto violador, que fue trasladado al cuartel de ese municipio de l’Horta Sud para instruir las diligencias.