Un equipo judicial del Cuerpo Nacional de Policía investiga el fallecimiento de un usuario del albergue de Santa Cruz de Tenerife notificado en las primeras horas de la mañana de ayer por la dirección del centro sociosanitario localizado en el distrito Salud - La Salle. Fuentes consultadas por este periódico indicaron que el difunto tenía 31 años y era de nacionalidad polaca.

Igualmente, indicaron que después de realizar una primera exploración no se observan señales compatibles con una muerte violenta, aunque falta por determinar lo que indiquen los resultados de las pruebas forenses.

Un mes en el centro

El hallazgo del cadáver se produjo en el instante en el que el personal del albergue tomaba la temperatura a los internos -es uno de los protocolos que se siguen como rutina durante la crisis sanitaria provocada por el coronavirus-, siendo inútiles las maniobras de recuperación que se intentaron inicialmente antes de informar al Centro Coordinador de Emergencias.

Fuentes oficiales ratificaron a este medio de comunicación que el fallecido llevaba residiendo en el centro desde hace un mes y que nunca había mostrado comportamientos violentos anormales en estos casos -problemas leves derivados de una convivencia en unas circunstancias complejas-, y que antes ingresar tenía fijada su residencia en Tenerife, aunque no el municipio capitalino.

"Una noche sin sobresaltos". A partir de esa frase, proporcionada por la dirección del centro a los recursos policiales derivados al centros, se activaron unas diligencias que probablemente serán archivadas con el veredicto de "muerte natural". Al margen del revuelo matinal que se vivió en las inmediaciones del albergue, la jornada de ayer no ofreció una gran dificultad a la hora de controlar a las personas de transitan el edificio.