Los narcotraficantes se han visto obligados a modificar sus rutas habituales de la droga para poder salvar las restricciones por el coronavirus. El velero que a mediados de esta semana fue abordado por la Guardia Civil cerca de La Palma y que transportaba 980 kilos de cocaína cargó la sustancia en algún punto de alta mar cerca del continente africano después de que sus tres tripulantes no pudieran acceder a puertos caribeños por la Covid-19.

El Instituto Armado informó ayer de que la Operación Falkusa se inició el pasado mes de febrero cuando el Grupo Central Antidrogas de la Unidad Central Operativa (UCO) tuvo conocimiento de que la embarcación Majic, de bandera croata, estaba vinculada al tráfico internacional de sustancias estupefacientes a gran escala. Los investigadores de inmediato se pusieron en contacto con la Policía Nacional de Croacia para comenzar un seguimiento a la embarcación, que a finales del citado mes partió del puerto croata de Dubrovnik en dirección a Montenegro primero y Almería después.

El siguiente punto de escala era Lanzarote, donde esperaban tres narcos que iban a ser los encargados de realizar el transporte de la cocaína. El Equipo contra el Crimen Organizado (ECO) de Canarias se encargó de vigilancias secretas que permitieron identificar a la tripulación, toda ella asentada en la Isla, así como sus intenciones de partir hacia aguas caribeñas.

Por todos los antecedentes previos aportados, se asignó a la Guardia Civil la investigación en exclusiva de esta embarcación sospechosa de narcotráfico internacional, a la que posteriormente debido a su relevancia se sumaron además de las croatas, autoridades francesas (DNRED), británicas (NCA), americanas (DEA) y holandesas así como la agencia Europol, apuntó el Instituto Armado.

Fruto de esta coordinación internacional, la Guardia Civil corroboró que el velero investigado se encontraba en aguas de la Isla de Barbados y posteriormente de la isla de Martinica a principios del mes de abril. En ese puntos el Majic se topó con la pandemia. Lo tripulación, de origen croata, fue sometida a varios controles sanitarios e inspecciones en puertos caribeños, que obligaron a los tres ocupantes a posponer el transporte de la sustancia. Por ello, regresaron al puerto de Arrecife a principios del mes de junio y, posteriormente, se separaron por distintos puntos del continente europeo.

La investigación, aún así, continuó ante las sospechosas de que volverían a intentarlo. Los narcos se reunieron de nuevo en agosto en Lanzarote. La UCO entonces volvió a monitorizarlos para tratar de seguir sus pasos. La siguiente novedad se produjo pocos días después cuando zarparon hacia Brasil, que era su destino declarado. El Centro de Coordinación de Vigilancia Marítima (Cecovimar) de la Guardia Civil comprobó que el velero no seguía el rumbo declarado, sino que se desvió en dirección sur, paralelo a la costa africana aunque siempre en aguas internacionales, hasta el golfo de Guinea. En un momento el barco dio la vuelta y regresó hacia el norte sin tocar tierra. Esta maniobra precipitó el asalto en alta mar.