El juicio contra Rodrigo Lanza, acusado del asesinato de Víctor Laínez el 7 de diciembre de 2017 en un bar de Zaragoza -conocido como crimen de los tirantes-, sigue envuelto en la polémica y en su repetición, ordenada por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón, el abogado defensor ha tratado de conseguir este martes, sin éxito, la recusación de uno de los miembros del jurado que interrumpió la sesión de ayer en cinco ocasiones.

La jueza María Josefa Gil no ha accedido a la petición, si bien ha mostrado su profundo malestar con el jurado número dos que, según la magistrada, mostró ayer una importante falta de respeto a la defensa y, por extensión, a ella misma y a toda la sala.

El abogado defensor, Endika Zulueta, ha recordado que este jurado hizo manifestaciones de desaprobación cuando él mismo intervenía y que incluso le llegó a espetar "flaco favor le haces" cuando pidió que quitaran las esposas a su defendido durante el juicio. En otra de las interrupciones el jurado exclamó:"no iba a querer matarlo con las patadas que le dio", lo que para el letrado supone una clara "contaminación del resto del jurado".

La jueza, que ha calificado la actitud de ayer de este jurado de "pitorreo", ha atendido las alegaciones de las partes y le ha permitido seguir, advirtiéndole de que la próxima vez le iba a poner una multa de 150 euros, a la siguiente le deducirá delito por obstrucción a la justicia y a la tercera le expulsará.

Zulueta, por su parte, ha avanzado la posible presentación de un recurso de amparo por haberse conculcado, a su juicio, el artículo 24 de la Constitución, que dice que "todas las personas tienen derecho a obtener la tutela efectiva de los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda producirse indefensión".

En la sesión de este martes, Rodrigo Lanza ha asegurado, al responder a las preguntas de su abogado, que atacó a la víctima movido por el miedo a la navaja que ha dicho que blandía y que, con un "pánico enorme", entró "en shock" y siguió agrediéndole en el suelo.

La Audiencia Provincial de Zaragoza acoge desde ayer este juicio, que ha tenido que repetirse después de que el Tribunal Superior de Justicia de Aragón considerada nulos el veredicto del jurado y la sentencia por la que se condenó a Lanza -un conocido integrante de grupos antisistema y okupas, según la Policía Nacional- a cinco años por homicidio imprudente.

Lanza ha explicado que esa noche, que había bebido, fue con tres amigos al bar Tocadiscos, en el Casco Antiguo de Zaragoza, donde estaba Víctor Laínez, solo y a quien ha dicho que no conocía y con quien intercambió unas palabras e insultos, ya que se llamaron mutuamente "sudaca de mierda" y "fascista".

Según Lanza, momentos después, cuando ya abandonaba el local con sus amigos, Laínez se fue hacia él con una navaja. Uno de esos amigos ha corroborado en el juicio que él la vio y que le gritó "ojo, que lleva una navaja", que otra de las testigos también ha dicho que vio, aunque no así el dueño del local.

Lanza alega que entonces, pensando que lo iba a apuñalar, lo siguió por el interior del local y le dio un puñetazo en la cara, versión que contradice la de los testigos, que aseguran que el acusado fue detrás de la víctima y lo golpeó por la espalda y sin posibilidad de defensa.