Nadie abre las cartas de la factura del agua con el temor de las de la Dirección General de Tráfico, pero en el interior pueden encontrarse con sorpresas tan desagradables o más. Es lo que ha pasado en Pontevedra. Los consumos desorbitados de agua de forma involuntaria son más frecuentes de lo que parece, por lo que la compañía recomienda revisar periódicamente las instalaciones. Fueron dos los recibos que sobresaltaron a un vecino de la localidad de Sabarís que paga una media de 50 euros cada trimestre: uno de 567,87 y otro de 926,32.

Una meningitis lo dejó en coma una semana en febrero de 2019, dos meses ingresado en el hospital y varios más convaleciente en su casa de Sabarís, en el concello de Baiona. Fue un enorme susto en la vida de José Manuel Rouco y su familia, pero todavía les esperaba otro sobresalto durante la lenta recuperación. Esta vez económico. Un recibo del agua de 567,87 euros y otro de 926,32 perturbaron la tranquilidad que este hombre de 79 años y sus allegados necesitaban para volver a su propia nueva normalidad poco antes de que llegase la pandemia. Una fuga en su propia instalación, que derivaba el agua de la red pública a su pozo privado, disparaba el consumo hasta multiplicar casi por veinte el habitual, según explica la compañía adjudicataria del servicio de abastecimiento y saneamiento en Baiona, Gestagua, tras analizar el caso.

"Se trata de un problema mucho más común de lo que se cree", señalan fuentes de la empresa. Desde que se hizo cargo en 2016 de las redes de suministro de agua y saneamiento, Gestagua factura en Baiona cada tres meses a en torno a 7.500 abonados en todo el municipio. Y cada vez que lo hace "aparecen una media de 15 recibos disparados como este", afirman. Son frecuentes los despistes como dejarse grifos abiertos o sistemas de riego encendidos, pero en la mayoría de los casos son las averías las causantes de estos importes desorbitados. Por eso la concesionaria recomienda a los vecinos revisar periódicamente las instalaciones para evitar desagradables sorpresas que dejan pocas opciones de recuperar el dinero como la que vivió José Manuel.

Vive solo en una vivienda unifamiliar del lugar de A Devesa, sin piscina ni sistema de riego automático, ni tampoco cultivos que regar manualmente. "Pagaba una media de 50 euros cada tres meses y de repente nos encontramos con esto", relatan él y su hija María Concepción, indignados tras lo ocurrido hace ya casi un año. Estabilizada ahora la salud del padre, ella, que se ha mudado con él desde la enfermedad, trata de encontrar explicación a estos elevados gastos. "Tardé meses en ver el primer cargo de quinientos euros por el consumo del tercer trimestre del año. En aquel momento él necesitaba cuidados y teníamos otras prioridades y después vino el confinamiento, etc.", señala. En cuanto revisó la cuenta bancaria, ya en diciembre, acudió a la oficina de Gestagua, donde la advirtieron de que esta a punto de recibir otra factura de casi mil por el cuarto trimestre. Pagó las dos "porque no quería más problemas y que me cortaran el suministro", apunta.

La empresa afirma haber realizado un parte con un consumo anormal ya en junio y asegura que trató de contactar con José Manuel para advertirlo sin éxito. En diciembre se repitió la situación y los técnicos reflejan en las observaciones del siguiente informe que existe una fuga de agua hacia un pozo ubicado en la finca cuyas instalaciones están interconectadas, algo que la normativa no permite, según indican desde la concesionaria, que recuerda además que los recibos no solo reflejan el consumo en sí, sino también tarifas proporcionales al mismo relativas al saneamiento, al abastecimiento, al canon del agua y al coeficiente de vertido.

El percance de las tuberías quedó finalmente resuelto por parte de la familia y los consumos volvieron a la normalidad a principios de este año. Ahora María Concepción busca afectados en similares circunstancias para realizar una reclamación conjunta ante la oficina de consumo o ante la justicia. "Me parece injusto que puedan hacer esto y me gustaría que no le volviera a ocurrir a nadie", apunta.