El turista acaba de pescar una tortuga boba (Caretta caretta) adulta frente a la costa del sur de Tenerife, una especie en peligro de extinción y con la máxima protección en Canarias. Tira del ejemplar, que lucha de forma desesperada por zafarse del anzuelo, para subirlo a bordo. Entonces se acerca otra embarcación. Dos jóvenes canarios le recriminan su actitud en español e inglés. "Vas a matar a la tortuga. ¡Así no!", le gritan. El turista solo desiste cuando la otra embarcación ya está pegada a la suya y puede rescatar a la tortuga. Tiene una herida grave en un ojo provocada por el anzuelo. "Si no llegamos, le arranca la cabeza. Graba el barco, grábalo... Sinvergüenzas", le dice uno de los salvadores de la 'Caretta caretta' a otro.

Este vídeo filmado por los jóvenes y otras imágenes colgadas en las redes sociales de la misma lancha dedicada a la pesca recreativa generaron un aluvión de denuncias que llegaron a la unidad medioambiental de la Guardia Civil. Como consecuencia de ello, el Seprona ha abierto una investigación y busca a los responsables del barco por prácticas ilegales de pesca y captura de especies protegidas. Se trata de una lancha que atraca en Puerto Colón, en el municipio de Adeje, y que explotan unos británicos. Los agentes acudieron hace unos días y localizaron la embarcación, pero no encontraron a sus responsables. Estos, después de las denuncias en Facebook, han eliminado su perfil en esta red, en la que había pruebas documentales de estas prácticas irregulares y que atentan contra la conservación marina.

"¿Este es el tipo de turismo que realmente queremos? A la captura de nuestros tiburones y tortugas. Cinco o seis personas con sus cervezas, previo pago a esta embarcación", se lee en una de las denuncias, acompañada de fotografías de las propias actividades del barco investigado. "Están arremetiendo con todo en zonas con especies protegidas", asegura otro denunciante. La queja con más contundencia fue la presentada por la Fundación Telesforo Bravo Juan Coello, dedicada a la protección del medio ambiente en Canarias. Gracias a la estrecha colaboración entre este colectivo y la Guardia Civil, el cuerpo de seguridad intenta que estas actuaciones y otras que atentan con la biodiversidad canaria no queden impunes. El Seprona ya dispone de información de esta lancha y sus gestores, que llevaban tiempo operando en el sur de Tenerife con total impunidad.

Jaime Coello, portavoz de la Fundación, espera que con sus denuncias pueda acabar con la impunidad de estos pescadores turísticos. "Presentamos la denuncia el pasado fin de semana y sabemos que están buscando a los gestores de este barco. No se puede permitir que sigan causando daños a especies muy sensibles y en peligro de extinción, como tortugas y tiburones, y que encima hagan exhibicionismo de ello para atraer a más clientes", asegura. Coello, que es nieto del gran naturalista y geólogo tinerfeño Telesforo Bravo (Puerto de la Cruz, 1913-2002), detalla que los responsables de estas irregularidades se enfrentan a una sanción administrativa, si las capturas de los ejemplares protegidos fue accidental, o a un delito medioambiental que contempla penas de cárcel, si fue hecho adrede. "Se puede hacer pesca recreativa. Para eso existen permisos. Pero no se pueden capturar ejemplares de especies protegidas", aclara.

La Fundación Telesforo Bravo también ha hecho en las últimas semanas otras denuncias relacionadas con la protección del medio marino en las que está actuando el Seprona. Son los casos de unos turistas en Puerto Colón que intentaron clavar el palo de una sombrilla en unas mantas, ciudadanos extranjeros molestando a la población de tortugas verdes del Puertito de Armeñime -que ya ha desaparecido del lugar-, gente mariscando con sprays de lejía o vinagre, acampadas en zonas prohibidas del litoral tinerfeño o la irrupción de motos acuáticas en zonas reservadas para el baño.

Hay una de estas denuncias que ha generado la apertura de expedientes a sus autores. Se trata de ciudadanos de origen asiático que esquilman la costa: actúan en las zonas intermareales para coger burgados, pulpos, cangrejos o lapas con el impacto que ello conlleva. "La Guardia Civil ya intervino en una ocasión pero el problema continúa", aclara Jaime Coello, que agradece la predisposición del Seprona por colaborar con la Fundación. "Siempre que les llamamos, actúan dentro de sus competencias", concluye.