El temporero nicaragüense fallecido este sábado en Lorca (Murcia) había estado descargando un camión de sandías a más de 40 grados, según las diligencias del caso, en el que ha declarado este lunes ante el juez el empresario ecuatoriano detenido, que ha quedado en libertad sin fianza.

El instructor de Lorca que dirige las investigaciones le ha impuesto solo la obligación de personarse en el juzgado cuantas veces sea llamado y comunicar puntualmente sus cambios de domicilio.

El auto en el que se acuerda la libertad, al que ha tenido acceso la Agencia Efe, señala que aunque de lo actuado hasta ahora se deducen indicios "bastantes" para estimarlo presuntamente responsable de un delito contra los derechos de los trabajadores por no haber estado el jornalero dado de alta en la Seguridad Social, en aplicación de la ley, no procede adoptar otra medida más restrictiva de derechos.

Las diligencias tramitadas por la Guardia Civil de Águilas señalan que el empresario manifestó en un principio que cuando viajaba en su furgoneta se encontraron en la cuneta a una persona a la que llevaron al centro de salud de Lorca-Sutullena.

Sin embargo, luego admitió ante los agentes que el hombre por el que volvió al centro de salud para interesarse por su estado poco después de haberlo dejado en la puerta, era un trabajador suyo que llevaba con él dos o tres días y al que no había dado aún de alta.

En las diligencias declaró como testigo la dueña del piso lorquino donde el fallecido tenía alquilada una habitación, que facilitó a los investigadores datos sobre su identidad, edad y nacionalidad.

Los investigadores también recogieron las manifestaciones de compañeros de trabajo del fallecido, uno de los cuales indicó que por la mañana, sobre las 10 horas, habían hecho un descanso mientras faenaban en una finca de la pedanía de El Esparragal, en Puerto Lumbreras, limítrofe con Lorca, y que en ese momento presentaba un estado de salud normal.

Sin embargo, cuatro horas después lo encontró muy mal, hasta el punto de que tuvo que sostenerlo para evitar que cayera al suelo, ya que sufrió un desmayo.

El cadáver fue reconocido sin ningún género de dudas por la hermana del fallecido a través de las imágenes captadas por la Guardia Civil, en una de las cuales aparecía un tatuaje en el pecho con el nombre de su pareja.