La Policía Nacional encontraba ayer los cadáveres de una mujer española. de 36 años, y su hijo, de 5 años. en un hostal del centro de la capital, junto a la madrileña plaza del Callao, víctimas de sendas muertas violentas.

Fueron los responsables del hotel residencia Levante, situado en el número 6 de la calle Postigo de San Martín, quienes se pusieron en contacto con la Policía al comprobar que los inquilinos de una de sus habitaciones no respondían a sus llamadas. Hasta el lugar acudieron varios agentes, que hacia las 10:20 horas encontraron los cuerpos sin vida.

La mujer podría haber matado a su propio hijo y luego haberse quitado la vida. El Grupo V de Homicidios se encuentra investigando el caso, tras comunicar lo ocurrido a los familiares de las víctimas, que no se extrañaron de este trágico desenlace.

Fue en la tarde del pasado sábado cuando la madre y el niño, ambos de nacionalidad española, se registraron en el hostal Levante. Con "absoluta normalidad" completaron el trámite de registrarse en un establecimiento donde nunca habían estado con anterioridad. Fue la última vez que ambos fueron vistos con vida, ya que, según los testigos, no abandonaron la habitación , donde reinaba el silencio, lo que hizo sospechar a los dueños del establecimiento.

Ya en la tarde del domingo, los propietarios realizaron una primera llamada a la Policía para advertir de que no tenían noticias de sus huéspedes. El paso de las horas aumentó su preocupación y ayer intentaron, sin éxito, acceder a la habitación. Estaba cerrada por dentro. Una nueva llamada del dueño del hostal a la Policía movilizó a una patrulla. Los agentes tiraron la puerta abajo y encontraron los dos cadáveres a las 10:30 horas de ayer, lunes.

La madre estaba ahorcada y el niño tendido sobre la cama con una venda. La progenitora había dejado sobre la mesa una nota de despedida.

Las primeras hipótesis apuntan a que la mujer, que tenía problemas mentales, terminó con la vida de su hijo y luego se ahorcó, extremo que tendrá que ser confirmado por la autopsia.

Los investigadores del Grupo V de Homicidios de la Policía Nacional encontraron en la habitación varios blister (envase unitario) de plástico que se utilizan para la organización de los medicamentos. Junto a los cadáveres se encontraron restos de pastillas, entre ellas ansiolíticos, que podrían haber sido utilizados por la progenitora para acabar con su vida o con la del pequeño.