El hombre acusado de un delito continuado de estafa y que no se presentó al juicio la pasada semana, Santiago González, también conocido como el Pequeño Nicolás canario, aceptó este miércoles una condena de dos años y tres meses de prisión por la citada infracción penal.
González, la Fiscalía y la abogada de la acusación particular, Rut Gutiérrez Toledo, llegaron a un acuerdo y hoy se dictó en voz una sentencia de conformidad por parte de la magistrada María Vega, de la Sección VI de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife.
Además de la pena privativa de libertad, el implicado aceptó la responsabilidad civil de devolver 49.000 euros al denunciante al que engañó con un inexistente puesto de trabajo como agente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), así como a otro afectado, el exsoldado Agustín Fariña, a quien cobró otros 600 euros por hacer unos trámites al más alto nivel en el Ministerio de Defensa para resolver el conflicto que el exmilitar tenía con algunos mandos del Ejército.
Al final del acto judicial, Santiago González sufrió supuestamente un desmayo y fue atendido en el Palacio de Justicia por personal sanitario de una ambulancia, que, a continuación, lo trasladó a un centro hospitalario. En cualquier caso, una vez que se le dé el alta, el procesado ingresará en Tenerife II.
Cabe recordar que el Pequeño Nicolás canario fue detenido durante la noche del pasado lunes por la Policía Local de Icod de los Vinos en el Hospital del Norte. La actuación de los agentes se produjo después de que algunos ciudadanos lo reconocieran en el recinto y supieran que estaba en busca y captura, como informó el pasado sábado El Día. Ante esa situación, los vecinos alertaron al personal sanitario y este, a su vez, a los funcionarios del cuerpo de seguridad, como adelantó ayer Daute Digital.
El Juzgado de Icod de los Vinos que se encuentra de guardia se inhibió a favor de la Sección VI de la Audiencia Provincial y esta mañana fue llevado a Santa Cruz de Tenerife, donde se celebró la vista en la que hubo conformidad.
