Las fantasías sexuales pueden ser muy variadas, desde hacerlo con más de una persona hasta pedir interpretar a otros personajes, pasando por una larga lista de fetiches diferentes y extraños. A veces, hay que tener cuidado con lo que se pide a quién se le pide, porque pueden haber malentendidos.

Eso ocurrió en Griffith, en Nueva Gales del Sur (Australia).

El problema estuvo que los contratados se confundieron de domicilio y entraron en una casa equivocada, por lo que la Policía terminó llevándoselos detenidos.

Según informó la BBC, la vivienda a la que fueron estaba ubicada a unos 50 kilómetros de distancia de la dirección correcta, allí el sujeto en cuestión se había mudado pero no les avisó a los prestadores del servicio.

Por ello, el problema fue que ambos se presentaron con estas inesperadas armas para darle más realismo y entraron a las 6.15 de la madrugada en la casa equivocada. El propietario se los encontró de pie sobre su cama y, cuando se dieron cuenta de su error, le pidieron disculpas, estrecharon su mano y se marcharon.

Fue cuando llegaron a la casa del primer hombre, quien iba a pagarles alrededor de 5.000 dólares australianos -unos 3.000 euros- por su servicio.

Los agentes vieron las armas guardadas y arrestaron a la pareja. Aun así, el caso finalmente ha sido resuelto ya que las pruebas sugerían que no actuaron de forma intencionada.