El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, incumplió ayer el estado de alarma sanitaria al decidir celebrar una misa en la Basílica de la Virgen de los Desamparados, con motivo de la fiesta patronal. Evidentemente, esta celebración no podía tener lugar, al igual que ocurre con todas las celebraciones públicas, debido a la situación que se vive actualmente en España. Sin embargo, durante la mañana de ayer se sucedieron imágenes de aglomeraciones a las puertas del templo, que se abrieron para que la celebración religiosa en honor a la patrona de Valencia.

Agentes de la Policía Local y Nacional acudieron al exterior de la basílica alertados por las llamadas de varios vecinos y procedieron a su cierre. Por su parte, el arzobispado de Valencia negó haber incumplido las normas del estado de alarma y señaló que esta misa se celebró a puerta cerrada.

Antonio Cañizares añadió que la imagen de la Virgen se asomó únicamente a la puerta de la basílica justo el tiempo que tardó en sonar el himno valenciano. El cardenal arzobispo afirmó tras el suceso que "no ha habido aglomeración porque había dos patrullas policiales y no han actuado para disolver a ningún grupo". El religioso concluyó, tras la polémica suscitada que "esta archidiócesis ha aplicado más a rajatabla que nadie" las normas sobre el estado de alarma.