El Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Guardia Civil de Santa Cruz de Tenerife, en el marco de la operación First Marosso, desarticuló una organización criminal que operaba desde Tenerife y la comunidad de Madrid para introducir cocaína y hachís procedente de Paraguay en nuestro país. A finales del 2018, dichos investigadores obtuvieron las primeras informaciones que apuntaban a la presencia de un grupo asentado en la zona norte de la Isla con capacidad para distribuir grandes cantidades de droga en diversas zonas, como el municipio de La Laguna y la localidad de Tejina, donde residían dos de los miembros más activos de la banda en el Archipiélago.

Gran pureza. Bajo la tutela del Juzgado de Instrucción número 1 de San Cristóbal de La Laguna y la coordinación de la Fiscalía Especial Antidroga de la Audiencia Provincial de Tenerife, los especialistas pudieron conocer que parte de la organización estaba asentada en un distrito del Norte de la comunidad de Madrid, desde donde proporcionaban la infraestructura necesaria para importar desde Paraguay continuas remesas de clorhidrato de cocaína de gran pureza.

Envíos interceptados. Para introducir la droga utilizaban uno de los métodos más conocidos, correos humanos ('mulas') y llegaron a introducir en España entre marzo y abril de 2019, en cinco envíos diferentes, hasta 24 kilogramos de cocaína, todos ellos interceptados por las fuerzas y cuerpos de seguridad, lo que supuso un duro golpe para la solvencia económica del entramado criminal.

Adulteración. A pesar de ello, la organización no cesó en sus actividades y en mayo y agosto de 2019 miembros de la banda se trasladaron a Tenerife para transportar sendos envíos de mercancía ilícita que posteriormente serían sometidos a diferentes procesos de adulteración. En noviembre, los agentes del EDOA tuvieron conocimiento de que la líder del grupo de narcotraficantes iba a viajar hasta la citada Isla, desde donde realizaría las negociaciones necesarias para importar desde Sudamérica dos partidas de sustancia estupefaciente. Estos planes se vieron truncados gracias a la labor de los investigadores, que pudieron aprehender alrededor de dos kilos de cocaína de gran pureza a su llegada al aeropuerto de Los Rodeos.

La líder usó a su propia hija. Tras el nuevo varapalo sufrido, los implicados no tardaron en intentar reponerse, mediante la negociación de una nueva adquisición de clorhidrato de cocaína. Para ello, la líder de la organización no dudó en utilizar a su propia hija, menor de edad, que serviría como medio de transporte de la droga desde Paraguay hasta España. En diciembre pasado, la adolescente fue detenida cuando portaba un kilogramo de cocaína a su llegada al aeropuerto de Madrid Barajas-Adolfo Suarez. En todas las aprehensiones realizadas por las fuerzas y cuerpos de seguridad, a los agentes les llamó la atención la extrema calidad detectada en la sustancia ilícita adquirida por la organización criminal en origen, que llegó a arrojar un porcentaje próximo al 90 por ciento de pureza. En febrero del presente año, tras la detención de ocho personas por los delitos de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal y blanqueo de capitales, se llevaron a cabo ocho registros domiciliarios en la comunidad de Madrid y Tenerife. Estas actuaciones estuvieron coordinadas por el juez instructor y la Fiscalía Especial Antidroga de Santa Cruz de Tenerife.

Seguimiento por GPS. Los profesionales del Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga procedieron a la incautación de diversos efectos, entre los que se encontraban dispositivos electrónicos de seguimiento de vehículos por satélite (GPS), así como numerosos terminales telefónicos y equipos informáticos. Asimismo, se intervinieron dos vehículos, un par de embarcaciones y se procedió al bloqueo de multitud de activos bancarios relacionados al entramado criminal.

Enviados a prisión. La totalidad de los detenidos, excepto la menor, ingresaron en diferentes centros penitenciarios y ahora se enfrentan a procesos judiciales en los que la Fiscalía solicitará penas que pueden llegar a los 14 años de prisión, debido a los graves daños derivados de la nocividad de las sustancias intervenidas, la pertenencia a organización criminal y el uso de menores para de los ilícitos penales. La organización desmantelada también podría estar vinculada con la aprehensión en octubre por parte de las autoridades policiales de Paraguay de 134 kilos de cocaína en una localidad próxima a la capital guaraní.