La labor incansable de los sanitarios para combatir el coronavirus , es reconocida con aplausos cada tarde; pero también es castigada por algunos de la forma más injusta. Este es el caso de Beatriz Alfonso, que tras luchar en primera línea cada semana en el Hospital Quirón - salud Infanta Luisa, regresa a su pueblo, Moguer en Sevilla, a pasar el fin de semana; donde un vecino, desde el anonimato, ha rociado con ácido su coche.