El Juzgado número 4 de Granadilla condenó a seis meses de prisión por un delito de desobediencia grave a un varón de 20 años que, tras dos sanciones por burlar el confinamiento, vulneró de nuevo la orden de cuarentena, se dirigió a la casa de sus padres enfermos y aporreó la puerta, a sabiendas de que no querían recibirlo por el riesgo que ello suponía para su salud. De hecho, fueron los progenitores los que avisaron a la Policía.

En una sentencia de conformidad, el juez declara probado que el joven fue sancionado en dos ocasiones, el 19 y el 21 de marzo, por saltarse la normativa. Tras la alerta dada por las víctimas, los agentes "localizaron al acusado en las zonas comunes del edificio, sin causa justificada alguna para ello, y procedieron a su detención. El acusado confesó los hechos y mostró su conformidad para beneficiarse de una rebaja en la condena.