La mujer rusa detenida en el aeropuerto Tenerife Sur-Reina Sofía durante la jornada del pasado 14 de febrero está reclamada por las autoridades de Estados Unidos por un delito de conspiración con otros para robar información de una base de datos e interferir en funciones legales del Gobierno norteamericano con respecto a la admisión de refugiados, según la información captada por Europa Press de fuentes jurídicas.

La persona arrestada, que fue identificada como Olesya Krasilova, arrestada por agentes de la Policía Nacional destinados en el puesto fronterizo de dicha terminal del Sur de la Isla y pasó al día siguiente a disposición del juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno, ante el que declaró por videoconferencia y rechazó ser extraditada a Estados Unidos.

La acusada, que tiene unos 50 años de edad, adoptó una actitud tranquila después de que le comunicaran que estaba apresada por un delito de revelación de secretos. La intervención de los agentes de la Policía Nacional después de una reclamación emitida por las autoridades de Estados Unidos. Krasilova llegó a trabajar en la embajada norteamericana en Moscú

Según las fuentes consultadas por Europa Press, el titular del Juzgado Central de Instrucción número 2 ordenó su ingreso en prisión provisional a la espera de que las autoridades norteamericanas envíen la documentación necesaria para la solicitud de entrega. Los delitos por los que está investigada en Estados Unidos conllevan una pena máxima de cinco años de cárcel, según los datos que trascendieron el pasado viernes.

La detención de Olesya Krasilova provocó las quejas del Gobierno ruso, que denunció una "cacería" contra sus ciudadanos a nivel internacional. Según el Gobierno de Moscú, la mujer trabaja para el Servicio Federal para la Vigilancia Veterinaria y Fitosanitaria y se encontraba en las Islas Canarias en un viaje de trabajo.

La Embajada de Rusia en España, que movilizó al cónsul honorario en el Archipiélago, investiga las circunstancias exactas de este caso, aunque Moscú ya ha sugerido que "posiblemente esté relacionado con cierta solicitud de Estados Unidos", en virtud de las informaciones "no oficiales" recabadas.

"De ser así, se trata de un caso evidente que prueba que las autoridades de Estados Unidos continúan su práctica de cacería de ciudadanos rusos por todo el mundo", denunció el Ministerio de Exteriores ruso.