"Trabajó para los estadounidenses en la Embajada en Moscú pero no tenía ninguna información secreta". Esto manifestó ayer Elena Krasilova, hermana de la traductora rusa Olesya, detenida en el aeropuerto de Tenerife Sur el pasado viernes día 14 a petición de Estados Unidos por un presunto delito de revelación de secretos. El arresto de esta ciudadana rusa por supuesto espionaje, cuando se encontraba de viaje de negocios en la Isla, ha desatado un conflicto diplomático entre Washington y Moscú. El Gobierno de Vladimir Putin respondió el viernes, horas después de conocerse la detención, acusando al de Donald Trump de haber emprendido una "cacería" contra los ciudadanos rusos en el mundo.

"Olesya estaba en un viaje de negocios, en España, y fue detenida a la salida. Dijeron que supuestamente estaba en la lista internacional de buscados. Nos informaron desde su trabajo", relató Elena Krasilova sobre su hermana, en declaraciones al canal internacional de televisión Russia Today (RT), para añadir: "No se contactó conmigo durante tres días. No estaba sola, sino con un compañero de trabajo. Ya cuando contactó, nos dijo que fue arrestada, luego se pusieron en contacto con el consulado en la Embajada de Rusia en España".

"Ni la familia ni sus amigos creemos que ella podía tener información secreta. Trabajó como una simple empleada para los estadounidenses, principalmente en el departamento de visados para refugiados", señaló la hermana del detenido. Según Elena Krasilova, no hubo ningún aviso previo ni temor a una detención de su hermana. "Ella trabajó con calma, no tenía ninguna información secreta", insistió. También dijo que Olesya Krasilova vive en Moscú desde 2008: "Tiene un apartamento con una hipoteca. No tiene marido ni hijos. Vivía sola".

El arresto se produjo el viernes 14 en el aeropuerto Tenerife Sur cuando Olesya Krasilova se disponía a volver a Moscú. La llevaron a cabo policías nacionales destinados en el puesto fronterizo del citado recinto aeroportuario isleño tras un requerimiento de la Audiencia Nacional, que a su vez había recibido una orden de detención por parte de las autoridades estadounidenses al tener sospechas de que esta ciudadana rusa pudo haber pasado huellas dactilares a los servicios secretos rusos de personas relacionadas con la Embajada estadounidense en Moscú.

Olesia Krasilova tiene unos 50 años y, tras ser detenido en Tenerife, mostró una actitud tranquila. Fue trasladada al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Granadilla de Abona, que estaba en funciones de guardia la pasada semana. A instancias de la Audiencia Nacional, el órgano judicial del Sur de la Isla ordenó su ingreso en prisión preventiva, siendo trasladada hasta las instalaciones del centro penitenciario Tenerife II, en el municipio tinerfeño de El Rosario.

La mujer había llegado a España en un viaje de negocios "como parte de una delegación oficial". Trabaja en un organismo que forma parte del Servicio de Inspección Agropecuaria de Rusia, de acuerdo con el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso que dirige el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, informó la agencia Efe. Según el canal de televisión RT, Krasílova trabaja de traductora en el centro para la cuarentena de las plantas del organismo supervisor ruso y llegó a España el pasado día 10. Natural de la región de Novosibirsk, la mujer trabajó entre 2008 y 2019 en la Embajada de EEUU en Moscú. Tomaba huellas dactilares hasta el cierre de su departamento.

El vicepresidente del Comité internacional para la protección de los derechos del hombre, con sede en Francia, Alexándr Iónov, dijo a RT que la traductora fue detenida a raíz de una orden internacional de detención cursada por EEUU, que la acusa de haber "entregado datos biométricos a terceros". Según el canal RT, Krasílova se encuentra a la espera de que se decida sobre su posible extradición a EEUU, donde podría recibir una condena de "hasta la cadena perpetua".