La cabecilla de la organización criminal, integrada por ciudadanos de origen nigeriano, dedicada a la trata de seres humanos, prostitución e inmigración irregular que operaba entre El Fraile, Benidorm y Madrid fue condenada a 35 años de prisión. La citada mujer, identificada como Abienwense Edigin, alias Mamá Osato, está acusada de tres delitos de trata de seres humanos, en concurso con otros tantos de prostitución, y uno más de favorecer la inmigración irregular.

Edigin controlaba una vivienda en el citado barrio de Arona, en el Sur de Tenerife, en el que vivían jóvenes subsaharianas que eran explotadas sexualmente en las cercanías de los centros comerciales Verónicas, en Playa de las Américas (Arona).

Las víctimas denunciaron que miembros de la banda las captaban en Nigeria con la promesa de tener un trabajo digno en España. Las obligaban a cruzar medio continente africano, a través del Sáhara, hasta llegar a Libia y, desde ahí, se adentraban en el Mediterráneo en embarcaciones precarias con destino a Italia. Después eran acompañadas hasta Barcelona y, una vez en el país, hasta Benidorm, Madrid o Tenerife.

La Sección II de la Audiencia Provincial celebró en noviembre y diciembre un juicio contra este grupo de nigerianos y ayer se hizo pública la sentencia. Los magistrados condenan a Linda Osagie ( Mamá Blessing) a 25 años de prisión; a Nicholas Owen Yuki ( Papá Blessing), a 18 años y seis meses; así como a Blessing Eghosa ( Mamá Justice), a 14 años y seis meses. A otro individuo, identificado como Pedro Sule, le imponen nueve años de privación de libertad, mientras que Joy Osaseri recibe una pena de ocho años y seis meses.

El pasado 11 de noviembre, una de las víctimas explicó que su prioridad era pagar la deuda de 35.000 euros que le impuso la referida organización. Ante una pregunta de la fiscal, esta denunciante afirmó que "debía pagar 35.000 euros y en la calle no podía decir que no". En su pueblo de origen en Nigeria era peluquera y tenía familiares a su cargo. En la vista, donde declaró detrás de un biombo, comentó que "estaba bien económicamente", pero una hermana de Mamá Justice que reside en dicho país subsahariano contactó con ella y le habló de ganar mucho dinero en Europa con esa misma profesión. Le contó que, a cambio, debía pagar una deuda por el traslado, pero que la misma la podía saldar en seis meses. Y, como es habitual, para que no hablara, la sometieron a un ritual de vudú, donde tuvo que beber un líquido procedente de un animal.

Según la afectada, en un piso de El Fraile residían cinco jóvenes. Mamá Osato le explicó cómo tenía que acercarse a los clientes y las tarifas a cobrar. Trabajaba todos los días de la semana entre las siete de la tarde y las siete de la mañana. Lo que ganaba cada jornada (entre 200 y 300 euros) se lo entregaba a la mamy. Y esta última llamaba de forma diaria a su hermana, Mama Justice, que residía en Madrid, para informarla de la recaudación. Una investigación de agentes de la Policía Nacional de Tenerife permitió desmantelar la organización criminal.