Miembros de la Policía Nacional detuvieron hace días a los tres matones, uno de origen venezolano y los otros dos españoles, que presuntamente acompañaron el pasado 21 de noviembre a la empresaria Renuka Satyani para agredir y amenazar a un intermediario inmobiliario en el Real Casino de Tenerife, después de que este último presentara una denuncia contra la sociedad de la mujer por una supuesta deuda de 1.140.000 euros por servicios prestados. La mencionada empresaria, de 38 años, ya fue arrestada por integrantes de dicho cuerpo de seguridad en los primeros días de diciembre por los delitos de amenazas y lesiones.

Los citados varones, uno de 43 años y otros dos de 35, tienen numerosos antecedentes, según la información ofrecida ayer por la Comisaría Provincial. Agentes de la Policía Judicial de la Comisaría de Distrito Sur de Santa Cruz de Tenerife les acusan de un delito contra la administración de Justicia. El cuerpo de seguridad confirmó ayer que los tres hombres musculados presuntamente fueron contratados por la empresa Satyani de Inversiones para intimidar y amenazar al intermediario que reclamaba el pago de la deuda en un juzgado.

Cuando fue apresada, la mujer implicada decidió no declarar en dependencias policiales. Esa circunstancia complicó la identificación de los matones que la acompañaron el día de los hechos. Sin embargo, los investigadores contaron con las imágenes grabadas por el sistema de vigilancia en la planta baja del Real Casino de Tenerife. En el vídeo se puede apreciar que, en primer lugar, Renuka entró en el edificio acompañada por uno de los citados individuos. Más tarde, el padre de la ahora acusada accedió a la sede de la institución junto a los otros dos varones musculados.

Tras un breve intercambio de palabras, según se aprecia en las imágenes, Renuka y los tres hombres accedieron hasta una sala de reuniones situada en la primera planta, donde ya les esperaban el intermediario inmobiliario, Víctor Estévez, y su abogado, que pertenece al bufete Choclán, de Madrid. Uno de los ahora detenidos sacó al citado letrado de la sala. Otro de ellos propinó un fuerte golpe en la cabeza a la víctima y, a continuación, la empresaria lo advirtió de que eso era lo que le iba a pasar a él, a su familia y a otro ciudadano si no retiraba la demanda para cobrar la deuda.