Lo último que recordaba antes de caer inconsciente fue que se bebió la copa que le sirvió el responsable del local, un after hour de la Albufereta. Despertó doce horas después, tumbada en la mesa de billar sin las bragas, con el local cerrado y mareada. Así declaró ayer durante el juicio, la joven que denunció haber sufrido abusos sexuales por el responsable del establecimiento de ocio mientras estaba sin sentido. «Al estar inconsciente, no sé si me violó sólo él o participaron otras personas, que no sé ni quiénes son», aseguró.

Por su parte, el acusado negó ayer los hechos y aseguró que se trató de una relación consentida. La Fiscalía pide una pena de siete años de cárcel por un delito de abuso sexual.

Los hechos ocurrieron el 11 de septiembre de 2016, en un local after, al que la víctima había acudido con unos amigos. Éstos se acabaron marchando y la mujer se quedó sola. El responsable del local se comprometió a llevarla a Elche, donde ella dormía en casa de una amiga, cuando cerrara. La joven denunció que el acusado le dio una copa y que tras bebérsela quedó inconsciente durante doce horas.

Por su parte, el acusado admitió que tuvo una relación sexual con la víctima, pero recalcó que fue consentida y ella estaba consciente. «Nos fuimos a mi despacho y luego ella se quedó en el local esperando a que yo pudiera llevarla», declaró. En este momento del interrogatorio, el fiscal le recordó que hasta ahora, el acusado siempre había negado haber tenido relación alguna con la víctima. Ayer aseguró que trató de negarlo en su día porque él tenía pareja y estaba embarazada y tenía miedo de su reacción. El hombre aseguró que no puso nada en la bebida que sirvió a la víctima.

En las pruebas médicas, se detectaron restos biológicos del acusado en la víctima. El procesado sostuvo que durante el tiempo que la joven estuvo en el local esperando, la vio hablando con otras personas y bebiendo con ellos. «Me fui a ayudar a un amigo que se había quedado sin gasolina. Al volver, ella estaba inconsciente y no se despertaba», explicó, a lo que añadió que la dejó durmiendo con la puerta del local abierta y la persiana de seguridad cerrada y le dejó 10 euros para que pudiera irse a casa.

La mujer aseguró que sólo bebió tres copas durante toda la noche y negó tajantemente haber tenido relaciones consentidas con el acusado, ni ese día, ni otros. La joven aseguró que en los primeros momentos no contó nada por vergüenza, pero finalmente se animó a denunciar.