La falta de centros de acogida obliga a que los migrantes que llegan en pateras sean alojados en hoteles. Una veintena de mujeres subsahariana acompañadas con sus hijos han sido trasladadas a un establecimiento de cuatro estrellas de la capital grancanaria, debido al repunte de la llegada de embarcaciones que han provocado un inesperado colapso migratorio en Gran Canaria.

Cruz Roja tiene a su cargo, por indicación del Ministerio del Interior, casi 400 migrantes en Las Palmas de Gran Canaria que, además, han tenido que ser distribuidos porotros municipios e incluso en otras Islas debido a la poca capacidad de la ONG para acoger un número tan elevado. "Estamos intentado dar una respuesta inmediata a estas personas que llegan en las pateras", explicó el presidente autonómico de la organización humanitaria en Canarias, Antonio Rico.

De igual forma, apuntó que los migrantes suelen ser trasladados, en un principio a hostales de forma momentánea, hasta que pueden llevarlos a los centros de acogida. El Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Barranco Seco se encuentra abierto de forma parcial y en el hay alojados más de una veintena de personas en situación irregular. También hay extranjeros instalacos por la administración en la Casa del Marino en la capital, en centros de menores y en residencias.

Antonio Rico explicó ayer que tienen en marcha el Programa de Atención Humanitaria, con el que buscan alojar a los migrantes que llegan al Archipiélago con el fin de integrarlos en un plan para que puedan aprender el idioma, la cultura y apoyo.

El presidente de autonómico de la Cruz Roja también resaltó que, como han llegado tantas personas en pateras, han tenido que recurrir a todas las opciones posibles, ya que, al carecer de centros, buscan que los migrantes "se alojen en las mejores condiciones posibles". Y así unos pocos, los más vulnerables, está de forma provisional en un conocido hotel de la capital.

Además, ha explicado Rico que debe evitarse que los menores que llegan acompañados de sus padres sean separados de sus familias, como ocurrió con tres mujeres que al llegar de Gran Tarajal y debido a que el CIE de Fuerteventura se encuentra cerrado, fueron trasladadas a un calabozo con el resto de los migrantes mayores de edad, mientras que a sus bebés, por decisión de la Fiscalía de Menores y por seguridad de estos, decidieron dejarlos bajo custodia de las autoridades. Una situación que, a juicio del representante de la ONG, puede prevenirse y para ello requiere la habilitación de espacios para estos casos "excepcionales". El repunte de la llegada de mujeres con niños y niñas a su cargo ha sido informado en otras ocasiones por el representante de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), que, igualmente, ha manifestado la importancia debe trabajar de forma preventiva para garantizar las necesidades básicas de estas personas, como "el alojamiento y la manutención".

Otro de los casos que se presentó en la capital fue el pasado 30 de octubre en el que más de una treintena de migrantes fueron puestos en la calle por la falta de plazas. Los jóvenes se vieron sin un lugar dónde dormir y se acercaron al parque Santa Catalina para pedir a la Policía Local, a través de señas, que les dieran comida y agua. Una vez que estás personas llegan de forma irregular a las Islas, son detenidas y puestas a disposición judicial, a excepción de enfermos, menores y mujeres. Por lo tanto, permanecen hasta 72 horas dentro de los calabozos para luego ser expulsados en un plazo de 60 días o trasladados a un centro de acogida.

El pasado fin de semana, Cáritas acogió en la iglesia de El Tablero, en San Bartolomé de Tirajana, a diez subsaharianos que llegaron en pateras, para evitar que tuviesen que dormir en la calle, ya que las mujeres fueron trasladadas a la Casa del Marino y los menores no acompañados a los respectivos centros.

En las últimas semanas han llegado a la Isla 15 embarcaciones con 480 personas a bordo, mientras que el CIE de Fuerteventura cerró el año pasado, el de Barranco Seco se encuentra en obras y ha sido abierto parcialmente, el de Hoya Fría en Tenerife se encuentra actualmente desbordado con la llegada de estas barcas, y la Casa del Marino, que cuenta con 88 plazas, ya se encuentra saturada.

Hasta el 14 de noviembre habían llegado a Canarias 1.493 migrantes, de los cuales 240 son menores, según el diputado Luis Campos (NC). El delegado del Gobierno, Juan Salvador León, manifestó días atrás que tan solo en octubre arribaron al Archipiélago 20 embarcaciones con 469 personas, lo que supone un incremento, ya que, desde enero y hasta octubre de 2018, se registró la llegada de unos 1.215 migrantes a las Islas. Cerca de 20 africanos han perecido en el mar rubo a las costas de Canarias en lo que va de año.