Llegaron a la costa. Consiguieron tocar tierra por sus propios medios. Y allí estaban vecinos y usuarios de la playa del Águila, situada entre Bahía Feliz y San Agustín, para atenderlos, darles alimentos que compraron en un supermercado cercano y ropa para que entraran en calor. Una nueva patera arribó en la mañana de ayer a la costa del sur de Gran Canaria con 24 personas. Seis de ellos tuvieron que ser trasladados hasta diferentes hospitales, entre los que se encontraban dos de los tres bebés, por su mal estado de salud después de pasar seis días en alta mar. La Policía Nacional, ante el aumento considerable de infraembarcaciones con migrantes irregulares a las Islas, ha intensificado la investigación con la que acabar con las mafias de persona que utilizan Dajla (antigua Villa Cisneros) en Sáhara y Nuadibú, en el norte de Mauritania, como puntos de partida hacia el sueño europeo.

Las imágenes captadas por el fotógrafo de Reuters Borja Suárez recogían el momento en que los ocupantes llegaban a la playa. En las fotografías se aprecia cómo varios bañistas abrazan a los bebés y cogen de la mano a algunas de las personas que, deshidratadas, consiguieron llegar a lo que esperan sea un paso más en la búsqueda de una vida mejor. Caras serias, cansadas, después de una interminable travesía que les llevó a vivir una odisea de seis días y seis noches hasta que al fin, a primera hora de la mañana, vieron tierra. Eran las nueve y diez de la mañana.

El helicóptero de Salvamento Marítimo Helimer 204 llegó a la playa y uno de los rescatadores bajó hasta la arena para atender a los migrantes, entre los que había varios bebés, a los que les dio varias mantas térmicas para que sus cuerpos comenzaran a coger calor. Pocos minutos después se personaron una quincena de voluntarios de Cruz Roja, sanitarios del Servicio de Urgencias Canario (SUC), Protección Civil y agentes de la Policía Nacional y la Policía Local de San Bartolomé de Tirajana, que comenzaron a atender a los migrantes sobre los callaos y la arena.

Los miembros de la ONG, que como indicó el portavoz José Antonio Rodríguez Verona siguen "con ganas y muy activos" pese al cansancio acumulado durante los últimos días por la intensa llegada de embarcaciones, atendieron a 24 personas, 13 de ellas subsaharianas y 11 magrebíes, una mezcla inusual, puesto que las mafias los suele segregar por razas. Trece eran hombres, ocho mujeres y tres niños, de los que doce fueron trasladados en primera instancia al centro de salud de Maspalomas y, con posterioridad, cuatro adultos y dos niños fueron derivados al Hospital Insular y al Materno Infantil, respectivamente, informó el 112. La peor situación corresponde a uno de los bebés, que fue evacuado con vómitos y fiebre. "Bastantes de ellos han llegado con dolores abdominales, con ampollas y cansados", detalló a Efe el vicepresidente de Cruz Roja en Canarias, Gerardo Santana.

Los recursos de emergencia continúan en alerta de cara a esta fin de semana. La Guardia Civil recibió ayer un aviso en el que se avisaba de que un cayuco había partido de Nuadibú (Mauritania) con 35 personas a bordo durante la madrugada. Salvamento Marítimo ya ha informado a las autoridades marroquíes y a las embarcaciones que se encuentran por la zona para que vigilen las costas por si detectan la presencia de la embarcación que se espera que pueda llegar al Archipiélago durante los próximos días.

La Policía Nacional, por su parte, intensifica las investigaciones para tratar de dar con las mafias que organizan las pateras que parten desde la costa africana. Fuentes consultadas apuntaron que gran parte de ellas están zarpando desde la zona de Dajla, en el Sáhara y administrada por el gobierno marroquí. No obstante, el pasado miércoles tres pateras fueron interceptada a pocas millas de Arguineguín con 80 personas que habían salido de la citada ciudad saharaui.

A ello se unen las sospechas de que se estén utilizando barcos nodrizas para que las personas se suban a las pateras en alta mar y así puedan llegar a las costas canarias. Y es que la pasada semana arribaron a Gran Tarajal y Agaete dos infraembarcaciones con motores poco potentes y además sus ocupantes presentaban un muy buen estado de salud, además de vestir ropas completamente secas después de, según su versión, llevar varios días en alta mar.

Y es que las rutas que hasta ahora subían al norte del continente para cruzar el Mediterráneo se están desviando a nuevas vías de entrada a Europa por el aumento de la vigilancia. No obstante, las cifras publicadas por el Ministerio de Interior apuntan a un descenso considerable en la entrada de migrantes irregulares en el conjunto global de España entre el 1 de enero y el 15 de noviembre del presente año. La disminución en el caso de Península y Baleares es del 58,4% (de 47.711 a 19.865) y del 27,1% en Melilla (de 665 a 485). En cambio, hay un incremento en Ceuta del 34,4%, con 137 más, y Canarias con 22,7%, que supone 270 más que en el mismo periodo del año anterior.

Esta cifra ha aumentado sustancialmente en los últimos diez días coincidiendo con el buen estado de la mar. En este tiempo se ha registrado la entrada de 14 pateras o cayucos con 469 ocupantes, según los datos recopilados por este periódico. En el global del año, a las Islas han llegado 1.962 migrantes, un número superior a la de todo 2018 (1.307) y 2017 (425), aunque muy lejos de la crisis de los cayucos de 2006 cuando se atendieron a 31.678 personas.