El magistrado Francisco Javier Mulero, de la Sección V de la Audiencia de Santa Cruz de Tenerife, condenó a nueve años de prisión a Esteban Hernández como autor del homicidio de su esposa en la vivienda familiar situada en el municipio de Los Realejos en enero del 2018. Así lo dictó después de que el Tribunal del Jurado considerara que el procesado es culpable de la muerte violenta de Jenny Sofía Salas, con quien convivió diez años y que ya entonces tenía una nueva pareja. El pasado 15 de noviembre, los miembros del Jurado determinaron que en el acusado concurrían la agravante de parentesco y la atenuante incompleta de legítima defensa. Además, plantearon la posibilidad de que a Esteban le sea concedido el indulto con base en las pruebas practicadas en el juicio.

La Fiscalía, la acusación popular (integrada por el Instituto Canario de Igualdad) y la acusación particular (las hijas de la víctima) solicitaron una pena de 10 años de cárcel. Y la defensa pidió seis.

Según manifestó una de las fuentes consultadas, el magistrado de la Sección V de la Audiencia Provincial estimó que el procesado "se excedió" en su acción de defensa. Y es que, en base a la declaración del inspector del Grupo de Homicidios y de los forenses, después de arrebatarle el cuchillo a Jenny Sofía, que lo apuñaló primero, la agarró por la espalda con una mano y con la otra le provocó dos lesiones graves, una cerca de la axila y otra que le atravesó el corazón a la mujer, que era 21 años más joven que él.

Cuando se produjo el trágico suceso, el deterioro de la relación entre Esteban y Jenny Sofía era más que evidente. Según numerosos testigos, la mujer trataba con cierta falta de respeto al condenado en cualquier lugar.

La víctima empezó a trabajar en el núcleo de Alcalá, localidad del municipio sureño de Guía de Isora en el verano del 2017, y disponía de coche nuevo. Conoció a otro hombre y convivió con este durante unos tres meses en San José de Los Llanos.

Una de las claves de este episodio fue la lucha por la custodia de la nieta de la víctima, que fue reconocida como hija por parte del acusado casi desde que nació. De hecho, cuando la abuela se fue a vivir con su nueva pareja, la menor fue atendida y cuidada por Esteban en su casa de Las Llanadas.

La violenta muerte de Jenny Sofía ocurrió el 19 de enero y al día siguiente estaba previsto que su hija (la madre de la niña) llegara desde la Península para recuperar a la pequeña. Desde el año 2013, el autor de la muerte puso a nombre de Jenny Sofía la vivienda de Las Llanadas y otros bienes inmuebles o sociedades.