El proceso para remolcar el narcosubmarino hundido en la madrugada del domingo en Punta Couso, en la ría de Aldán, quedó abortado a última hora de ayer cuando estaba a apenas un kilómetro de este puerto cangués. "Problemas técnicos" obligaron a suspender el complicado traslado y todo parece indicar que el batiscafo volvió a irse al fondo en la maniobra. En el muelle había un gran despliegue de Guardia Civil, Policía Nacional y Vigilancia Aduanera para recibir al sumergible y proceder a la descarga del alijo que transportó desde Sudamérica. Los trabajos se retomarán hoy por la mañana. También se prevé que entre hoy y mañana pasen a disposición judicial en Cangas los dos tripulantes ecuatorianos detenidos. El tercero sigue huido.

El traslado del narcosubmarino probablemente se completará hoy, pero la investigación sobre el alijo que transporta, que se cree que superaría los 3.000 kilos de cocaína, continúa abierta. Prosigue la búsqueda del tripulante que se fugó. Pero hay muchas otras cuestiones que necesitan respuesta. Por un lado, los investigadores se centran en identificar al barco o barcos que pudieron dar cobertura al batiscafo durante la larga travesía, que podría haber durado unos 20 días. Con respecto a los posibles receptores del alijo, las pesquisas están al parecer dirigidas a uno de los tres clanes más importantes que operan en Galicia, organizaciones potentes, herméticas y con contacto directo con los capos colombianos, de donde procede la droga.

Los investigadores están convencidos de que los grupos vinculados al narcotráfico llevan tiempo empleando este tipo transporte, aunque hasta la fecha no había una evidencia como esta. La principal hipótesis es que la droga embarcase en la Guyana, cerca de la desembocadura del río Orinoco. El artefacto es un "semisumergible", que necesita navegar entre aguas y con una parte en la superficie. Esto implica que necesita apoyo de embarcaciones externas. Las líneas de investigación dan por confirmado que al menos una de las paradas fue en Azores, desde donde habría puesto rumbo a Galicia. Primero hacia la costa de A Coruña, a Ares, y después a Cangas. Los investigadores trabajan con la hipótesis de que pudo sufrir una avería o complicaciones por el temporal.

La jornada de ayer comenzó muy temprano para intentar reflotar el submarino y desde primera hora de la mañana había un gran despliegue policial para controlar los accesos y salidas del entorno de Punta Couso. Hasta el lugar se desplazaron buzos del GEAS de la Guardia Civil, apoyados por la patrullera Río Guadalope y por dos embarcaciones de Aduanas. El delegado del Gobierno en Galicia, Javier Losada, confirmaba ayer que uno de los buzos logró acceder al sumergible y pudo confirmar que en el interior hay droga. "Lo que se sabe es que hay droga porque un submarinista ha podido entrar en este artefacto. Ahora bien, la cantidad, hasta que podamos extraerla y pesarla, no lo sabemos exactamente", afirmó.

Muy cerca del lugar del hundimiento, en una de las bateas del polígono mejillonero Cangas B permanecía amarrado el remolcador Insuíña Rande, que sería el encargado de efectuar el remolque. Los trabajos de los buzos continuaron hasta alrededor de las dos de la tarde, cuando su zódiac se retiró temporalmente hasta las bateas donde también estaba la patrullera.

Ese parón duró apenas media hora, porque a las dos y media se puso en marcha de nuevo todo el operativo, esta vez con la participación del remolcador. Las fuentes consultadas afirman que el sistema de globos sujetos alrededor del "narcosubmarino" ayudó a hacerlo emerger y a las cinco de la tarde se pudo ver por primera vez cómo aparecía la proa. Los trabajos se realizaron en unas condiciones complicadas, con un mar cada vez más problemático para trabajar.

Todo este proceso era seguido de cerca por las dos lanchas del servicio de Aduanas de la Agencia Tributaria, que también documentaba el arduo trabajo de sus compañeros. El proceso para sacar a la superficie el submarino estaba inevitablemente condicionado por la cantidad de agua que había en su interior. Parte de los trabajos consistieron en intentar achicarla, pero parece que no fue suficiente. La tripulación, al sentirse descubierta, decidió hundir la nave e intentar la fuga.

El operativo policial conjunto manejaba dos posibles alternativas para trasladar el batiscafo: el puerto de Bueu, donde hay un grúa travel lift y una zona de varada, o Aldán. Las condiciones en las que se pudo reflotar parcialmente el "narcosubmarino" obligaron a concentrar el operativo en Aldán, que está mucho más cerca.

Esa maniobra comenzó alrededor de las seis y media de la tarde, cuando ya caía la noche. El muelle de Aldán empezó a ser tomado por un gran dispositivo policial, que acotó una zona restringida alrededor de la rampa de varada, y por multitud de curiosos. El traslado quedó frustrado cuando aproximadamente se había realizado la mitad del trayecto.

Alrededor de las ocho y media mandos de la Guardia Civil explicaban que por "problemas técnicos" la operación quedaba abortada hasta hoy por la mañana.

Las fuerzas de seguridad esperan obtener más datos, como su autonomía o velocidad, en cuanto puedan reflotar la nave y estudiarla a fondo.