El turismo es una de las principales fuentes de ingresos de Roma. La capital de Italia goza de una reputación incesante por la historia que esconden todos aquellos lugares y monumentos que se levantan a lo largo de todos sus rincones. Días de no parar y de recorrer cientos de calles, museos e iglesias y un descanso es necesario. Por eso, los turistas son un blanco fácil para estafas en el gremio de la restauración en muchas ciudades. El último caso que se ha viralizado es el de la cuenta desorbitada que tuvieron que pagar en Roma una familia italiana: casi 120 euros por tres perritos calientes, un sándwich de jamón y queso y algunas bebidas en un local de la popular Via della Conciliazione. Solo el servicio ya sumaba casi 18 euros.

"Había comenzado a llover fuera, así que entramos a ese café. Nos sentamos, mi hijo eligió el perrito caliente del menú. Si soy sincero, no le presté mucha atención. Pedimos dos más y un sándwich. Entonces llegó el camarero con el recibo... Y pensar que la noche anterior habíamos ido a un restaurante detrás del Panteón y pagamos lo mismo pero para una cena completa", relató el padre tras el contratiempo, quien no dudó en acudir a los medios de comunicación para denunciar públicamente los hechos.

Los propietarios del negocio se han defendido explicando que los precios constaban en la carta donde se puede elegir los platos que se pueden pedir, lo que hace muy complicado poder defenderse de este tipo de abusos.