Un Airbus 320 se quedó bloqueado en el aeropuerto de Fuerteventura tras un problema informático que obligó a abortar el despegue cuando estaba en pista.

El avión con 160 pasajeros tuvo que regresar a la terminal y aunque los pasajeros tenían la esperanza de continuar con el vuelo, finalmente fueron invitados a abandonarlo. El vuelo, de una filial de Ryanair, la compañía Lauda, no pudo despegar ya que tras iniciar la maniobra de despegue, tuvo que volver a reducir su velocidad al detectar el fallo. El panel mostraba una alerta de baja velocidad, por lo que la tripulación decidió no despegar.

Tras parar, un técnico subió al avión, dirigiéndose directamente a la cabina de los pilotos y se sentó en el asiento del capitán. Un pasajero revela que pocos instantes después se escuchó un ruido debajo de la cabina y se empezó a notar un olor extraño en el habitáculo. El vuelo tuvo finalmente que posponerse al día posterior con un avión de reemplazo.