Tres personas fallecieron en la mañana del pasado martes en el municipio palmero de San Andrés y Sauces cuando se dirigían al monte para coger comida para sus animales y sufrieron una salida de carretera. Las víctimas eran vecinos de la zona de Las Lomadas y fueron identificadas como Pedro, de 75 años; Marisol, de 72, y Visitación, de 93 años.

Una de las hipótesis que barajan los cuerpos de seguridad es que, por circunstancias que se desconocen, el conductor del todoterreno se aproximó mucho al exterior de la pista de Las Lomadas, el suelo cedió y el vehículo acabó precipitándose por una ladera y volcando en el paraje conocido como Vueltas del Reventón.

Según los datos conocidos ayer, las tres personas, el matrimonio y la madre de la mujer, salieron a las 10:30 horas aproximadamente de su casa y acudían a la parte alta del municipio por una vía de tierra, que se caracteriza por no tener vallas de protección y que no se halla muy bien conservada, aunque es utilizada por turistas que se dirigen al enclave de Marcos y Cordero.

El hijo de la pareja se extrañó de su ausencia cuando llegó a la vivienda familiar por la tarde. Este hombre, que es conductor de ambulancias y colabora con los bomberos de La Palma, activó el dispositivo de búsqueda.

Finalmente, pasada la medianoche, a las 00:15 horas, se avisó al Centro Coordinador de Seguridad y Emergencias de que se había localizado el Land Rover a decenas de metros de profundidad. También se comprobó que las tres personas se hallaban en el interior.

Hasta el mencionado paraje acudió personal sanitario de una ambulancia sanitarizada y de otra básica, así como un médico y un enfermero del centro de salud de San Andrés y Sauces.

Sin embargo, estos profesionales únicamente pudieron certificar el fallecimiento de los vecinos de Las Lomadas.

Desde ese momento, agentes de la Guardia Civil custodiaron el lugar en el que estaban las víctimas, a la espera de que se llevara a cabo la recuperación de los cuerpos.

Desde Tenerife se desplazaron hasta las Vueltas del Reventón el helicóptero de la Guardia Civil y agentes del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim). La aeronave trasladó a los profesionales del Instituto Armado y a los bomberos hasta el enclave en el que quedó el Land Rover. Después de que la autoridad judicial ordenara el levantamiento de los cadáveres, se produjo la recuperación de los fallecidos, que fueron trasladados a pie por los integrantes del Greim y los bomberos hasta el lugar donde se hallaba el resto de equipos de seguridad y emergencias.

En un trabajo que fue calificado por expertos como muy profesional, los guardias civiles y los bomberos utilizaron cuerdas y anclajes en una zona de orografía muy compleja y casi impracticable por el viento.