El Ministerio Público solicita prisión permanente revisable para la madre de la bebé que falleció en el municipio de La Matanza de Acentejo a finales de mayo del año 2018 y para su pareja sentimental como presuntos autores de un asesinato. La víctima recibió diversos golpes contundentes en días diferentes y experimentó un gran sufrimiento.

En base al informe elaborado por los profesionales del Instituto de Medicina Legal de Santa Cruz de Tenerife, la niña recibió en la última noche un traumatismo que le provocó la rotura del hígado y una hemorragia hepática. Como consecuencia de la citada lesión, la menor acabó falleciendo. El descubrimiento del caso se produjo durante la mañana del 27 de mayo. La sala operativa del 1-1-2 recibió una alerta en la que se informaba de que una bebé de unos cinco meses había fallecido en extrañas circunstancias en el interior de un piso de la carretera general del Norte. Unos vecinos indicaron que vieron que la progenitora de la bebé la llevaba en brazos y tapada con una manta, mientras corría. Los ciudadanos les llamó la atención los gritos de la joven y su novio.

El personal sanitario de una ambulancia se trasladó hasta el domicilio de las personas implicadas y únicamente pudieron certificar el fallecimiento de la niña. Ante los primeros indicios detectados y las extrañas circunstancias en las que ocurrió el fallecimiento, el asunto quedó bajo investigación judicial de forma inmediata. Poco antes de que llegara dicho recurso del Servicio de Urgencias Canario (SUC), el joven que mantenía una relación con la madre de la bebé se marchó del lugar y permaneció en paradero desconocido dos días.

Las detenciones

Hasta la vivienda se desplazaron agentes de la Guardia Civil destinados en el Laboratorio de Criminalística, que efectuaron una inspección ocular de la vivienda, el informe fotográfico y la recogida de posibles indicios. Tras disponer del primer avance de la autopsia, la Unidad Orgánica de Policía Judicial del Instituto Armado detuvo a la madre de la pequeña y a su pareja sentimental. La niña recibió múltiples golpes en diferentes partes del cuerpo durante los últimos cinco días de su vida. Además de la lesión en el hígado, tenía pequeños hematomas producidos en días diferentes en el abdomen, cráneo, lado derecho de la cara y el cuello, en el pecho, en las nalgas y en las extremidades.

El juez del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de La Orotava considera que hubo malos tratos continuados. Además, considera que los mismos fueron provocados por el padre o la madre; y ni uno ni otro hizo nada por proteger a la menor.

Ante dicha circunstancia, la autoridad judicial decretó el 31 de mayo de 2018 el ingreso en prisión provisional del padre de la bebé, J.L.M.N., de 19 años, por un delito de homicidio. También fue arrestado por el Instituto Armado como autor de otro delito de violencia machista y un tercero de atentado a los agentes que lo apresaron el 29 de mayo.

La madre de la menor, I.T.T., llegó a estar ingresada en el Hospital Universitario de Canarias (HUC) y también fue acusada de la muerte de su hija. Las pruebas forenses determinaron que la muerte de la pequeña ocurrió entre las cuatro de la madrugada y las nueve de la mañana del 27 de mayo.

Según trascendió entonces, los profesionales del Instituto de Medicina Legal descartan que la muerte estuviera relacionada con una caída accidental en la bañera poco antes de acostarla, según dijeron los padres de la víctima. En el auto de ingreso en prisión preventiva, el juez reconoció que las declaraciones contradictorias de los dos arrestados impedían saber entonces quién cometió la acción dolosa (los golpes) y quién la omisión (el que no impidió las agresiones ni denunció los hechos). El titular del Juzgado número 1 de La Orotava tiene claro que, ante los malos tratos reiterados, los progenitores de la bebé "no movieron un dedo para ponerles fin".

El joven procesado afirmó que huyó tras la entrega de la niña a los servicios sanitarios porque, al ver un coche de la Guardia Civil, temió que lo fueran a arrestar por un asunto de Valle Tabares (centro de internamiento de menores con medidas judiciales). Sin embargo, el juez no otorgó credibilidad a ese comentario. Y, de hecho, manifestó que la fuga, que se prolongó dos días, supuso un indicio más de su acción delictiva.

Indicios de más palizas

Supuestamente, los golpes a la pequeña tuvieron lugar en los últimos días de su vida, ya que en un informe clínico de Urgencias del 22 de mayo (la bebé murió el día 27) se dice que tenía "un buen estado general".

El fiscal expresó a finales de mayo que "solo en el cuidado de la bebé pudieron ponerse de manifiesto" los golpes en la pequeña "y era imposible no percatarse de los mismos". De hecho, considera que se está ante un delito de asesinato. En el auto de ingreso en prisión se indica que dicha medida se adoptó "ante el patente riesgo de fuga" que existe, tanto por la elevada pena que puede conllevar una condena por homicidio o asesinato, como porque el acusado no tiene ni trabajo ni bienes, es decir, que estaría en la misma situación si reside en otro país.

Una vivienda no adecuada para menores

A finales de abril de 2018, los acusados se trasladaron a vivir al piso en el que ocurrieron los hechos, donde residía la madre del joven. Junto a la bebé fallecida, en la casa también se hallaba una hija de la procesada, de unos cinco años. Un informe elaborado por el área de Servicios Sociales del Ayuntamiento de La Matanza determinó que el hermano del implicado en el homicidio, menor de edad, estaba en situación de riesgo, precisamente por las conductas de J.L.M.N. Además, en ese análisis se determina que había comportamientos inadecuados del arrestado hacia su madre y su hermano pequeño. También se aprecia el consumo de sustancias tóxicas por parte de varios miembros de la familia, así como episodios de violencia intrafamiliar (entre algunos de los moradores del inmueble), así como sospechas de actividades ilícitas. Respecto a la forma de vida del ahora procesado, se determina que es "una situación tremendamente peligrosa" para cualquier menor que residiera allí, tanto desde el punto de vista físico como psíquico. Tras su visita al hogar, el juez aseguró que las condiciones del cuarto no eran las adecuadas para el cuidado de niños. Según las declaraciones efectuadas por una testigo, los progenitores de la bebé fallecida siempre estaban en el interior de esa habitación o en la sala "sin hacer nada". En el auto de ingreso en prisión firmado por la autoridad judicial se indica que J.L.M.M., mientras era buscado por los agentes de la Guardia Civil, llegó a romper el precinto del piso en el que ocurrieron los hechos y se introdujo en el interior. Y, en vista de la situación de la investigada y de su acusación, agredió físicamente a su pareja. La muerte violenta de la bebé en La Matanza generó una gran conmoción en la sociedad. A finales de septiembre se conoció el asesinato de otro recién nacido por parte de su padre adolescente (16 años), que arrojó su cuerpo al río Besòs (Cataluña) cuando iba a enterrarlo y fue descubierto por varias personas. El cadáver se halló entre unas cañas.