Un pequeño descuido que generó un gran susto. Poco antes de las nueve de la mañana, a unos operarios que hacían trabajos para asegurar la ladera de la Montaña de La Jurada se les escapó una garrafa de agua. Ese hecho fortuito, sin aparente importancia, fue el origen de un pequeño desprendimiento de piedras que cayeron en la trasera del edificio de la Casa del Mar y del centro de salud Anaga, en Santa Cruz de Tenerife.

Tres piedras del tamaño de un balón de fútbol cayeron en las proximidades de una consulta de Atención Primaria y generaron un ruido importante. Una doctora decidió alertar a sus compañeros de trabajo y a los pacientes para evacuar el inmueble. De forma paralela, el personal activó a la sala operativa del 1-1-2, que envió a varios recursos, como a bomberos del Consorcio de Tenerife, policías locales, agentes de la Policía Portuaria y a personal de una ambulancia. Al lugar también acudió un geólogo, así como personal de la Gerencia de Urbanismo.

Cande Delgado, auxiliar de Enfermería en el recinto, explicó que, "tras un ruido espantoso, una doctora de la primera planta avisó de que habían caído piedras justo detrás de su ventana".

El médico Enrique Simural explicó que ayer no había muchos pacientes, ya que ocurrió a primera hora. Simural recordó que hace aproximadamente 30 años se produjo un desprendimiento más grave, por el que estuvo cerrado el consultorio durante más de dos años y se prestaba consulta en el ambulatorio de Tomé Cano.

Decenas de pacientes esperaron en la avenida de Anaga y muchos de ellos llegaron cuando ya estaba cerrado el centro. Tras casi dos horas y media de espera, se produjo la reapertura de las dependencias, ya que no se detectó un riesgo real de otras caídas de piedras.