El senderista fallecido en la noche del pasado lunes al precipitarse por una pared en el Parque Nacional de la Caldera Taburiente y sus dos acompañantes, que habían quedado enriscados sin poder moverse, accedieron a un sendero que se había cerrado al paso de senderistas debido a unos desprendimientos que lo convertían en un camino muy peligroso.

Según ha informado la Guardia Civil, sobre las 23.40 horas del lunes fue activado el Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM) a raíz de que el Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) 1-1-2 solicitaba la intervención de esta unidad para la búsqueda y rescate de unos ciudadanos alemanes que habían sufrido un accidente en un sendero que conduce a la Galería de Altaguna.

Tres agentes del GREIM partieron hacia el Aeropuerto Tenerife Norte, siendo trasladados hasta la isla de La Palma en un helicóptero de Salvamento Marítimo con el objetivo de sumarse al operativo de búsqueda, que ya se había puesto en marcha por parte del 1-1-2. En el lugar se encontraba Protección Civil del municipio de El Paso, una dotación de Cruz Roja y agentes del Parque Nacional, que aguardaban la llegada de los especialistas del Cuerpo para iniciar la operación.

A las 02.00 horas, ya sobre el terreno, se inició el ascenso hacia la zona facilitada por la sala operativa del 1-1-2, una senda que está actualmente cortada con una barrera al paso de los senderistas debido a que los últimos desprendimientos la habrían dejado en un estado lamentable, convirtiéndolo en un itinerario muy peligroso al discurrir entre enormes paredes verticales de varios cientos de metros de altura.

El operativo compuesto por los tres especialistas del GREIM, dos agentes del Parque Nacional, tres miembros de Cruz Roja y dos de Protección Civil pudo comprobar que, incluso en algunos de los tramos, la senda había desaparecido y había que pasar sobre tierra suelta y en otros puntos la senda simplemente había quedado sepultada por los desprendimientos.

La sala operativa del 1-1-2 había facilitado un lugar, el Barranco de Altaguna, y unas coordenadas extraídas de las conversaciones con los alertantes pero, llegados al punto, éstos no se encontraban en el lugar, por lo que el operativo continuó el descenso del barranco durante un buen trecho; sin embargo, tras estudiar las posibles alternativas en base a la información que tenían, pensaron que los senderistas pudieran estar en uno de los barrancos laterales, Altaguna y Los Guanches, por los que se dirigieron a los mismos.

Alrededor de las 07.30 horas, tras muchos kilómetros de senda el helicóptero del GES que ascendía por la Caldera pudo divisar a los senderistas. El varón que se había precipitado había fallecido, motivo por el cual el helicóptero se aproximó a un punto más despejado para recoger con la grúa a uno de los agentes del GREIM, quien se encargó de realizar la inspección ocular y el reportaje fotográfico, mientras se procedía al rescate de los otros dos senderistas.

El fallecido, que se encontraba en posición decúbito supino, estaba en el cauce del barranco, parcialmente cubierto por el agua y presentaba una acusada rigidez cadavérica. Posteriormente y con la preceptiva autorización para el levantamiento del cadáver, el cuerpo fue trasladado en el helicóptero del GES hasta la helisuperficie de Los Llanos de Aridane, donde se había desplazado la comitiva judicial.