Varios cazadores expusieron en redes sociales que siete canes de caza acabaron envenenados el pasado jueves cuando realizaban una jornada de caza en la zona de Anaga.

Los hechos ocurrieron concretamente en las proximidades del Roque de las Bodegas, en el paraje del cementerio.

Tres cazadores acudieron con sus animales y en ningún momento llegaron a percatarse en qué lugar y cómo pudieron ingerir veneno.

Tras detectar los síntomas habituales de estas situaciones, los cazadores decidieron inyectar un producto para contrarrestar los efectos.

A pesar de ello, una de las perras murió.

Uno de los dueños de los canes expresó el peligro de que algunas personas se dediquen a poner cebos envenenados en los campos.