Lágrimas de quien lo ha perdido todo y otras de emoción al poder salvar sus vidas. Son los sentimientos que ayer se entremezclaron entre la numerosa población de la Vega Baja. El desbordamiento del río Segura dejó escenas dantescas. La fuerza del agua se llevó todo lo que encontró a su paso y dejó a cientos de personas atrapadas en sus casas. Los más de 300 militares, 700 guardias civiles, 40 vehículos de bomberos y otros tantos policías locales, miembros de Protección Civil y de Cruz Roja desplazados a la Vega Baja se emplearon a fondo para asistir a quienes, angustiados, esperaban su llegada. Algunos en lo alto de las viviendas. Otros agarrados a lo que podían para que el agua no los arrastrara. Hubo desalojos en una decena de municipios -Benferri, Jacarilla, Catral, Dolores, Benejúzar, San Miguel de Salinas, Algorfa, Callosa de Segura o Redován-.

Más de 400 vecinos de la pedanía de El Saladar de Almoradí fueron los primeros en ser evacuados tras desbordarse varias acequias y quedar anegadas las vías de acceso. Los equipos de emergencia sacaron en volandas a varias personas mayores y un autobús fletado por el ayuntamiento evacuó a 50 vecinos. Una de ellas, Josefa, a sus 86 años, apenas podía articular palabra en el albergue habilitado en el gimnasio del Instituto Antonio Sequeros. «Mucho miedo hemos pasado», repetía sollozando.

La gota fría deja más de 400 l/m2 en 48 horas en Orihuela

La gota fría deja más de 400 l/m2 en 48 horas en Orihuela

Más de 400 litros por metro cuadrado en Orihuela en 24 horas. Vídeo: Agencia EFE

Su marido, Fernando de 88 años, explicaba que «es desastroso, hemos podido sacar también a nuestro perrito y anoche nos acostamos a la una de la madrugada, una hora muy tarde para nosotros, porque estábamos muy asustados por todo lo que llovía que inundó el patio». De su casa solo se llevaron una bolsa con medicinas, de la que no se despegaba Alfonso mientras, en otro banco, un niño que apenas tendría unos cinco años se entretenía a quitar los tapones de los productos de aseo que les dieron miembros de Cruz Roja.

Son algunos de los miles de evacuados en toda la comarca por las inundaciones de la gota fría y el desbordamiento del río. En esa misma localidad, pasadas las 13 horas, docenas de vecinos salían como podían de sus casas en la avenida de Algorfa y las calles de alrededor al llegar la crecida del río al núcleo urbano tras romperse un muro de contención del cauce en el cercano municipio de Algorfa. La riada anegó por completo el polígono industrial Las Maromas y no tardó en llegar a las calles del casco urbano. Escenas de nervios se vivieron entre el vecindario. Un camión de una empresa de materiales no dudó en adentrarse en las calles convertidas en una extensión del Segura para sacar de allí a los asustados vecinos mientras el sonido del fluir del agua solo lo rompían los llantos de los niños que estaban siendo evacuados.

Noche de localidades aisladas y rescates en la ribera de Segura

Noche de localidades aisladas y rescates en la ribera de Segura

Los servicios de emergencia han llevado a cabo centenares de rescates. Vídeo: ATLAS

«Yo viví la riada del año 1987, pero como esto, nunca. Ha sido más grande. Esa vez nos acogió una familia y ahora ya he hablado con mi mujer que si alguien necesita casa ofrecérsela, que vivimos en un segundo», señalaba José López, un vecino de Almoradí mientras veía cómo el río se desbordaba por el puente de la carretera que une Algorfa y Almoradí y que sólo unos minutos después se venía abajo la vía, dejando incomunicadas ambas poblaciones a través de ese vial.