La crisis climática, la orografía, las condiciones atmosféricas y la falta de prevención contra los incendios han facilitado la propagación del fuego que afecta a la isla de Gran Canaria y dificulta su extinción, y que ha llegado ya al Parque Natural de Tamadaba, declarado Reserva de la Biosfera. Así lo explicaron varios expertos consultados al respecto sobre la dificultades que está presentando el incendio en Valleseco, al norte de la isla de Gran Canaria, y coincidieron en que la seguridad debe primar en las labores de extinción.

Las "condiciones orográficas de Canarias dificultan las labores", aseguró el ingeniero técnico forestal y funcionario interino del Cabildo de Gran Canaria, Javier Blanco, quien detalló que las islas occidentales comparten "más o menos las mismas características: son muy escarpadas y con mucha vegetación". Explicó que al afectarles a las Islas Canarias los vientos alisios, muchas veces hay bruma metida en la zona norte, sobre la cota de mil metros, donde se forma un mar de nubes que dota a la vegetación de mucha humedad. Pero en "condiciones atmosféricas adversas", con 35-38 grados, de 12-13 % de humedad relativa y vientos racheados adversos de 40-45 kilómetros "que hemos tenido estos días, ese colchón de humedad desaparece y la disponibilidad de combustible es bestial", según el técnico.

El incendio "responde actualmente a la nueva tipología de fuegos muy vinculados al cambio climático y a condiciones atmosféricas extremas, con ola de calor, poca humedad -por debajo de la normal- y viento fuerte", según la portavoz de la organización ecologista WWF, y experta en temas de incendios, Lourdes Hernández.

Ha recordado que la comunidad científica, técnica y expertos "vienen advirtiendo desde hace años de esta situación para fomentar la conservación" y no poner en "riesgo el patrimonio natural y a las personas", algo en lo que coincide el decano del Colegio de Ingenieros de Montes de Galicia y director de la Escuela de Ingeniería Forestal de Pontevedra, Juan Picos.