Los pastores de los altos de Gáldar continuaban huyendo ayer hacia la parte baja del municipio. Su única preocupación era salvar a los rebaños de un fuego que descendía imparable. La huida se inició el pasada sábado y personas y animales no han parado desde entonces de correr delante del fuego. Tres rebaños estaban refugiados ayer en Caideros y Fagajesto, pero otros cuatro con cerca de un millar de ovejas y cabras tuvieron que salir a escape el domingo por la noche desde la carpa de Caideros, donde habían sido colocados en un primer momento. Poco después del mediodía llegaron a Saucillo y guardaron a los animales en el campo de fútbol. Los ganaderos, que se debatían entre la rabia, la impotencia y el miedo, intentaban quedarse con los animales en el campo de fútbol, algo difícil porque los últimos vecinos fueron desalojados poco después del mediodía.

Unos diez caseríos han sido desalojados en esta ocasión, algunos de ellos por segunda vez en una semana. Poner a salvo los animales. Esta es la principal preocupación que no deja dormir en estos momentos a los pastores, que temen que el fuego arrase con todo el pasto y no quede comida para ovejas y cabras. Uno de los rebaños evacuados, el de Airam Rivero Bethencourt, comenzó la huida el sábado desde el Cortijo de El Gusano, a donde llegó hace solo unas semanas procedente de San Lorenzo, en la capital grancanaria, en busca de mejores pastos. Primero recaló en Caideros, pero anoche empezaron también a evacuar este barrio y ayer llegó hasta Saucillo.

Los miembros de la UME se emplearon a fondo y lograron poner a raya el fuego y pararlo justo en la entrada de Caideros, aunque todo el mundo dio por hecho que las llamas llegarían al barrio.

En Valleseco hasta 1.500 personas pasaron ayer la segunda noche fuera de sus casas. Sus animales también se mantuvieron lejos de las llamas gracias al área recreativa de La Laguna y la granja agrícola que el Cabildo de Gran Canaria tiene en Arucas. Unas instalaciones que acogieron hasta cien piezas de ganado entre el domingo y el lunes. Los desalojados podrían volver hoy a sus casas si los focos se mantienen tan controlados como anoche.

"Los animales son tan importantes como las personas, pero ellos no pueden huir solos del fuego", explica Marco Antonio Matos, dueño de dos ovejas, dos burros, un baifo y nueve perros desalojados y ubicados en el área recreativa de La Laguna, en Valleseco. El incendio no pilló por sorpresa a muchos dueños de animales, que se adelantaron a los avisos de los medios de emergencia y trasladaron a sus amigos a un sitio seguro. "Estaba ayudando en el polideportivo y ya vi lo que ocurriría", afirma Matos, que al ver el avance de las llamas en el municipio se trasladó al área recreativa de La Laguna. Allí pasó una mala noche sin poder dormir, pero junto a lo que más quiere, sus animales.

Perros de distintas razas canarias, burros, baifos y ovejas compartieron ayer espacio en estas instalaciones que el Ayuntamiento de Valleseco ha puesto a disposición de quienes lo necesiten. Pienso y agua había de sobra para todos los invitados. Maite Reyes y su pareja Gabriel Rivero han vivido dos incendios y tres desalojos en una semana. Su finca en Lomo el Palo fue rodeada por el incendio en Artenara y ahora esta misma finca y su vivienda en Valleseco también se ven amenazadas por las llamas. "Hemos traído 24 perros y una burra, pero en la finca han quedado más de 100 gallinas ecológicas", explica Reyes. Esta agricultora asegura que el desastre no solo está afectando a su casa, sino también a su trabajo.

El incendio que se originó en el pago vallequense de Cueva Corcho provocó el sábado el desalojo de la zona y de los barrios de Lanzarote, Madrelagua, Valsendero, Cuevecilla y Calderetas. La noche del domingo no trajo buenas noticias y los vecinos del casco fueron evacuados al Instituto Monseñor Socorro Lantigua en Teror. En total más de 1.500 vecinos tuvieron que abandonar sus casas, 150 pasaron ayer su segunda noche en las instalaciones de Teror, el resto, en viviendas de familiares o amigos.

Tejeda, por su parte, solo lo transitan los efectivos de los servicios de emergencias desplazados a la cumbre para luchar contra el voraz incendio iniciado el fin de semana en Valleseco y pone en peligro a su población, sus propiedades y está causando un grave daño al entorno natural en Gran Canaria. Los únicos civiles que se acercaron al pueblo fueron los propietarios de los animales que se han quedado allí, para permitirles darles de comer después de varios días sin hacerlo por la evacuación de la población.