A pesar de que la madrugada del lunes fue muy complicada por las fuertes rachas de viento que superaban los 70 kilómetros hora y reactivaron las llamas, el jefe de Emergencias del Cabildo de Gran Canaria, Federico Grillo, garantizó el esfuerzo que hacen casi medio millar de profesionales para "liquidar" antes de que llegue la ola de calor el incendio que arrasa la Cumbre grancanaria desde el sabado. "La gente ha hecho un esfuerzo tremendo", aseguró ayer.

¿Cómo está la situación, tras una complicada segunda noche de incendio?

Antes de la rueda de prensa y de entrar en la reunión había un frente en lo que es la cabeza de incendio, entre Tejeda y Artenara. Con las imágenes que estoy viendo actuales los medios aéreos han remojado mucho y ha bajado bastante la intensidad. Entonces, ahora es más favorable que lo que teníamos hace un rato sobre ese sector. Sí que tuvimos en la zona de Coruña y las cuevas, en Artenara, uno anoche bastante delicado pero está ahora mismo estable. La idea es terminar de liquidarlo y que no se nos reactive, sobre todo, con la llegada de la insolación porque habrá ciertos sectores en sombra que los habíamos remojado pero que se irán calentando y pueden reactivarse. Pero yo creo que la evolución va a ser buena hoy [por ayer].

¿Qué fue lo más complicado de la madrugada del lunes cuando las fuertes rachas de viento dificultaron el poder mantener el fuego dentro del perímetro?

Pues estas dos zonas de Artenara, porque corría el riesgo de que se metiera en el barrio de Coruña y en Tamadaba. Ahí se llegó muy al límite con maniobras especiales que se hicieron con equipos Presa y gente de humos, con quemas y se pudo contener. Se amplió el perímetro y hay 50 o 60 hectáreas. Luego, parte de La Degollada o El Rincón, toda esa parte baja de Tejeda, hubo un comportamiento bastante complejo anoche. Ahora la cosa está tranquila, y visto lo anterior, estamos controlando el incendio, pero luego cuando gira el viento o cuando el viento para, que es lo que ha sucedido en estos días anteriores, que durante el día no había viento y lo apagábamos más o menos fácil, pero luego cuando aparece de noche te reactiva zonas y te pone en jaque. Y esto es lo que nos ha pasado estas dos noches. La parte negativa es que vamos a tener viento todo el rato, pero la positiva es que no nos va a sorprender porque ya está. Entonces esperamos haber aprendido de todo lo anterior. La verdad es que la gente está reventada, han hecho un esfuerzo muy tremendo. Hemos currado mucho y, sobre todo, ha habido situaciones muy delicadas para el personal. Lo que me preocupa ahora es que toda esta gente tenga un buen descanso, que vuelvan a entrar en los siguientes turnos descansados y terminar de rematar la faena antes de que llegue el fin de semana.

¿Cuántas personas trabajaron en el operativo?

Se mantiene por turnos en más de doscientos, así que calculo que puede haber entre unas cuatrocientas y quinientas personas en diferentes turnos. Ahora mismo está desplegado el mayor volumen de efectivos, o sea que cada vez se van incorporando más.

Contaba antes en la rueda de prensa [que se celebró previamente]que la principal zona de actuación es el perímetro.

Exacto. No vamos dentro porque la evolución siempre es desde el borde. Al final un incendio es un borde que se va extendiendo y hay que detenerlo, bien sea con agua o apoyándonos en carreteras y demás. La prioridad es que no haya humo, que el borde esté perfectamente liquidado y luego ya nos vamos al interior. En el interior, si hay alguna cosa, tipo alguna casa, se va. Pero es normal que haya humo días después del quemado, pero ese humo no va para ningún sitio. Ese fuego no tiene propiedad para propagar, por lo tanto se deja para el final.

¿Cuánto puede tardar de media en extinguirse un incendio de este tipo?

El perímetro, quizá entre hoy [por ayer] y mañana [hoy para el lector]. El interior puede estar días y días.

¿Qué peculiaridad tiene este incendio con respecto al que hubo hace dos años también en la Cumbre?

Fue muy rápido en el inicio. El de hace dos años fue un poco más lento, pero este ha sido una pasada. El de hace dos años una vez que llegó al Parador giró y fue una mecha, recorrió toda la Cumbre en horas, casi 3.000 hectáreas las primeras seis o siete horas y un potencial de unas 10.000 hectáreas. Este el primer día solo hizo 100 hectáreas, por lo que es bastante más moderado que el otro, aunque sí arrancó muy rápido. Y lo que le caracteriza con respecto al otro es que parece que se resiste a morir. Cuando ya parece que lo tienes machacado, se revuelve y te vuelve a enseñar las uñas como una especie de animal salvaje, no quiere que lo apaguemos. Pero estamos ahí luchando con él para intentar rematarlo en el día de hoy [por ayer].

El presidente del Gobierno autonómico destacaba antes como única cosa positiva el hecho de no tener que lamentar daños personales. ¿Hay algún otro dato esperanzador o positivo?

Ahora está muy bien, está bastante calmado. En las últimas imágenes que acabo de ver se ve la cabeza prácticamente sin humo. Eso es muy positivo. El personal tiene ahora que entrar, una parte podrá hacerlo cómodamente y otra le va a costar. Y bueno, yo espero que en el día de hoy esto quede ya zanjado. Siempre existe la posibilidad y lo siguiente será rematar y que de aquí al jueves o el viernes que entre la ola de calor esto esté machacado.

¿Qué recomendaciones le daría a la gente que se ve en una situación similar?

Lo que se está demostrando es que las casas que tienen alrededor unas mínimas actuaciones son las que se están salvando. Es muy importante que la población entienda que cuando un incendio viene hacia nosotros y nos van a evacuar hay que cerrar puertas y ventanas. Las ventanas que están expuestas a vegetación como matorrales o arbolado, sobre todo eso que es más seco tipo conífera o pino u hojarasca, setos, etcétera, aparte de cerrarlas hay que quitarles las cortinas y apartar las cosas porque es posible que se queme, pero de este modo se quema el marco y ya está. También hay que tenerla los 15 metros de alrededor limpios sobre todo de vegetación seca, pasto, pinocha, zarzales... Si se hacen cuatro cosas muy sencillas la probabilidad de que la vivienda quede intacta es enorme. Si no se hace eso o se abandona precipitadamente y dejamos la casa abierta entran cenizas, esas prenden el sofá o la cama y pierdes la vivienda. Claro, nosotros después llegamos e intentamos que esa vivienda se apague y hay veces que se apaga una habitación y el resto de la casa está bien, pero a ser posible, lo ideal es que el ciudadano colabore.