El autor o autores del asesinato del taxista Gabino en el interior de un garaje de la localidad de San Isidro, en el municipio de Granadilla de Abona, durante la madrugada del pasado miércoles trataron de borrar pruebas e indicios en el lugar del trágico suceso. Y, para ello, supuestamente utilizaron productos de limpieza e intentaron quemar el cuerpo. Los investigadores de la Guardia Civil ya tienen la certeza de que la víctima falleció por una cantidad significativa de golpes, propinados, principalmente, en órganos vitales, como la cara y el cuello. El cuerpo tenía también algunos cortes de arma blanca.

La violenta muerte de este hombre de 64 años, natural de la zona de El Draguito, también en Granadilla, ocurrió en horas de madrugada en el garaje del edificio San Miguel, en el número 41 de la calle Los González, después de haber llegado de trabajar.

Según los datos que trascendieron en la jornada de ayer, el coche particular de Gabino, un Seat Trans de color blanco y matriculado hace más de 30 años, se encontró en el interior del aparcamiento comunitario, pero fuera de su plaza de estacionamiento. Según una de las fuentes consultadas, el vehículo quedó parado junto a la puerta interior de acceso a las viviendas.

Delante de este automóvil estaba tendido en el suelo el cuerpo sin vida del taxista. Varias fuentes manifestaron que este trabajador apareció con quemaduras importantes en las extremidades inferiores. Una de las hipótesis barajadas por parte de los investigadores de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial es que la persona o personas implicadas en el asesinato quisieron utilizar las quemaduras para borrar las huellas de las lesiones. Sin embargo, no llegaron a borrar los diferentes traumatismos en el rostro o el cuello.

Una de las fuentes señaló que el taxista sufrió el atroz ataque cuando se hallaba vestido. En el capó delantero de un turismo aparcado aparecieron visibles restos de sangre, supuestamente de la víctima.

Muy cerca del Seat Trans, los agentes de la Guardia Civil encontraron un recipiente de aceite de automoción tirado en el suelo.

Además, a los funcionarios del cuerpo de seguridad detectaron numerosas botellas de detergente y lejía, entre 15 y 20, según una de las personas consultadas, que aparecieron en las cercanías de donde estaba el cadáver.

El cuerpo de Gabino lo encontró un vecino del edificio San Miguel VI poco antes de las 6:30 de la madrugada. En ese momento, ya estaba en el garaje comunitario la pareja sentimental del fallecido, quien rápidamente identificó a la víctima y solicitó al otro hombre que saliera al exterior y activara a los servicios de seguridad y emergencias, pues en la planta subterránea no hay cobertura de móvil.

Pocos minutos después llegó al lugar personal de una ambulancia, que únicamente pudo certificar el fallecimiento del vecino natural de El Draguito. Y, tras los profesionales sanitarios, se personaron los primeros guardias civiles.

Los agentes del Instituto Armado tratan de determinar cómo accedieron al garaje el autor o autores, así como si esperaron a la víctima en el aparcamiento subterráneo o le hicieron un seguimiento.

Miembros del Laboratorio de Criminalística continuaron durante la jornada de ayer con la inspección ocular y el informe fotográfico en el interior del garaje o en la vivienda. Además, el ascensor del portal 1 permaneció precintado hasta primeras horas de la tarde.

Casi ningún vecino del edificio conocía a Gabino y su pareja, ya que llevaban pocos días residiendo en un inmueble de la segunda planta cuyas ventanas dan a la calle Los González.

La toma de muestras provocó que una parte de los coches estacionados en el garaje no pudieran ser sacados por sus dueños hasta las 8:30 horas de ayer. Una mujer, de origen venezolano, explicó que "ahí sí nos ha afectado, ya que ayer tuve que coger un taxi para ir al trabajo" en el aeropuerto Tenerife Sur-Reina Sofía.

No es la primera vez que la calle Los González se convierte en escenario de un trágico suceso. Cabe recordar que en mayo del 2010, un hombre de nacionalidad ecuatoriana mató a su esposa en el interior de la vivienda en la que ambos residían y que, curiosamente, está a unos 50 metros del garaje en el que en la madrugada del miércoles fue asesinado Gabino.

Hace más de nueve años, el hombre latinoamericano provocó un corte en el cuello a su mujer y, posteriormente, intentó cortarse las venas a la altura de las muñecas. De hecho, llegó a estar hospitalizado hasta que pasó a disposición de la autoridad judicial.

La titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Granadilla decretó su ingreso en prisión provisional a la espera de juicio, donde tiempo después fue condenado.

Una mujer alemana de avanzada edad que vive en el edificio donde ocurrió el trágico suceso en la madrugada del miércoles aseguró que sí conocía a la víctima, ya que vive en la zona desde hace mucho tiempo y Gabino había trabajado en una conocida empresa de distribución de frutas y verduras de la localidad de San Isidro. Lo definió como una persona tranquila.

Un hombre mayor indicó que Gabino también condujo camiones, tanto en el citado establecimiento comercial como en una compañía dedicada a la producción y exportación agrícola asentada cerca del citado núcleo. Una joven y una mujer mayor se sentaron frente al edificio en el que ocurrieron los hechos en la mañana de ayer. La chica reconoce que la noticia corrió rápido por las redes sociales y que en los foros "la gente habla por hablar" y dice algunas "burradas" y "disparates" sobre lo ocurrido.