La Casona Mamá Canguro, el centro infantil de La Laguna cuya directora fue detenida el pasado jueves después de que el Cuerpo Nacional de Policía recibiera al menos nueve denuncias por supuestos los malos tratos que esta mujer habría cometido hacia algunos de los menores de entre cero y tres años de edad que estaban a su cargo en la guardería "ha venido funcionando todo este tiempo con una licencia municipal no definitiva, además, para el desarrollo de actividades de tipo lúdico, sin embargo no contaba con la autorización expresa que emite la Consejería de Educación del Gobierno de Canarias desde que entró en vigor el decreto" 201/2008, de 30 de septiembre por el que las guarderías pasan a ser centros de educación infantil con una normativa y regulación específica, tal y como señaló a este periódico ayer la presidenta de la Asociación de Centros Privados de Educación infantil de Tenerife (Acinte), Marina Amador.

La presidenta de Acinte aseguró que le "preocupa" que este local dedicado al cuidado de niños de cero a tres años de edad "no contara con la autorización de Educación para que pudiera funcionar como guardería", a lo que añadió que "lamentablemente no es un caso único" para explicar que hasta la aprobación del citado decreto, las actuales escuelas infantiles de cero a tres años se denominaban guarderías y estaban controladas por la Consejería de Sanidad, pero con la nueva normativa se obliga a reconvertir al sector con una serie de parámetros como una ratio máxima de niños por aula y espacio al aire libre además de otros controles, pasando asimismo a depender del control de la Consejería de Educación.

Sin embargo, en el limbo han quedado una serie de negocios "alegales" que en muchos casos funcionan como guarderías, cuando en realidad no están reguladas como tales, bien por no cumplir con los parámetros requeridos o porque no han solicitado los permisos a sabiendas de que no cumplen con las disposiciones del decreto. Por ello, incide Amador, existen ludotecas o centros de ocio infantil, que "tampoco cuentan con una regulación para su funcionamiento", pero que en realidad ejercen como si fueran guarderías o escuelas infantiles para niños de cero a tres años de edad.

Amador, que también manifestó que conoce a la familia de la directora de La Casona Mamá Canguro por haber gestionado con profesionalidad dos guarderías en el municipio lagunero hasta hace una década, aproximadamente, cuando se vio obligada a cerrar debido a la crisis económica, destacó que "en este caso en concreto, aunque se han presentado nueve denuncias por supuestos malos tratos a niños, hay que defender la presunción de inocencia".

En este sentido, desde el entorno de este centro infantil se señala como posible "origen de las denuncias una reacción motivada por el despido de una trabajadora", concluyó Amador.