El joven acusado de matar a otro hombre en Finca La Zanja, en Geneto (La Laguna), en agosto del año 2017 tendrá una condena de diez años de prisión y deberá indemnizar a familiares de la víctima con 150.000 euros. Así se determinó ayer en un acuerdo de conformidad entre el Ministerio Fiscal, la abogada de la acusación particular y la letrada de la defensa. La unanimidad para aplicar dicha pena quedó demostrada durante la lectura de las conclusiones por las mencionadas partes, tras el juicio con Tribunal de Jurado desarrollado el pasado lunes y ayer en la Sección VI de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife.

La fiscal Carolina Barrio indicó que "los hechos fueron básicos, sencillos, y no concurren circunstancias atenuantes" en la responsabilidad penal del procesado, Gabriel J.G.

Barrio apuntó que el autor "reconoce aquí y en la instrucción" que fue el autor de la muerte de Julio V., que era amigo de la familia del hoy responsable de su muerte.

Mientras se desarrollaba una fiesta en la que estaba Gabriel J.G. y otros familiares, a Finca La Zanja llegó Julio V. Entre ambos hombres se produjo una discusión y posteriormente una pelea. Según el relato expuesto por la representante del Ministerio Público, los hermanos del procesado también contaron en el juicio cómo se produjo el apuñalamiento. Previamente, estas personas le quitaron al acusado un machete con el que pretendía atacar a Julio V. poco antes de la tragedia. Después, cuando parecía que ya estaba más tranquilo, el autor entró en la cocina para coger el arma blanca.

Un médico forense explicó que la víctima recibió, entre la costilla octava y novena, cinco heridas de arma blanca con un cuchillo de 24 centímetros de largo. Algunas de esas lesiones fueron dobles, por lo que existió una "clara intencionalidad" por parte de Gabriel de causar el mayor daño posible.

La fiscal indicó que en el juicio no se valora si el procesado es buena o mala persona, sino los hechos por los que Julio V. falleció. Apuntó que no se dudaba de que había bebido alcohol, pero que la cantidad no fue lo suficiente como para que perdiera su capacidad de conocimiento y de voluntad. Para Barrio, la pelea no justifica que utilizara un arma blanca para matar a la otra persona.

Señaló la fiscal que "las razones por las que empuña un cuchillo no las sabremos nunca". También aclaró que "no hubo arrebato, ya que ni se alegó ni se justificó".

La abogada de la acusación particular, Inés Alonso, dijo que no le parecía creíble la versión del procesado de que no se acordaba de lo que había ocurrido, ya que sí recordó que, antes de entrar en la cocina para buscar el arma blanca, acudió al baño y se miró al espejo. Es decir, que era plenamente consciente de lo que hacía.

La letrada defensora recordó que Gabriel tenía derecho a no prestar declaración, pero confesó la autoría ante la Policía Nacional cuando lo detiene, en el Juzgado durante el proceso de instrucción y durante el juicio. Y destacó que no se resistió a su arresto y prestó plena colaboración para el hallazgo del arma blanca utilizada, que estaba clavada en la tierra cuando fue intervenida por los agentes. El magistrado presidente, José Luis González, concedió al acusado la posibilidad de decir unas palabras antes de levantar la sesión y Gabriel pidió perdón a los familiares de la víctima, algunos de los cuales se encontraban en la sala.