La mujer rusa de 49 años acusada de asesinar a su marido en Cala Millor en 2016 ha defendido este miércoles su inocencia y ha pedido ser sometida a un detector de mentiras, durante su turno de última palabra en el juicio celebrado con un Tribunal del Jurado en la Audiencia Provincial.

El juicio ha contado con siete sesiones desde el 10 de junio y ahora el jurado deberá elaborar su veredicto. La mujer ha tenido la oportunidad de intervenir después de los informes de la Fiscalía y de su abogado, y ha rechazado ser asistida por la traductora designada por el Tribunal.

La Fiscalía acusa a la mujer de haber sedado a su marido, haberle cortado trozos de carne y piel y habérselos dado de comer a sus perros, azuzándoles para que le mordieran. Pide para ella 25 años de prisión. Por su parte, la mujer sostiene que el hombre murió atacado por los perros sin que ella interviniera.

La acusada ha defendido que dice "la verdad", que es inocente y que nunca ha utilizado un cuchillo contra otra persona. "Soy muy humana", ha declarado. Asimismo, ha argumentado que el fallecido, un alemán de 70 años, era más alto y más fuerte que ella. También ha resaltado que sufre una lesión en el hombro que no le permitiría hacer determinados movimientos.

Además, la mujer ha denunciado que los tres años en la cárcel y la difusión del caso le han destrozado la vida. En este punto ha querido mostrar recortes de periódicos pero el magistrado Jaime Tártalo le ha llamado al orden. El juez también ha tenido que intervenir cuando la acusada ha intentado entregar una carta al jurado que contenía "una petición". Finalmente, la acusada ha roto a llorar al comenzar a hablar de su madre.