"A mi hijo le ofrecía 20 euros si llevaba a otros jóvenes para que el fotógrafo pudiera hacerles una sesión de fotos, pero no accedió. Lo llamaba de forma insistente hasta que el chico le dijo que no tenía tiempo ni para más fotos ni para buscar a nadie porque tenía mucho que estudiar para entrar en la universidad". Así lo manifestó la madre de uno de los cuatro jóvenes que ayer comparecieron en calidad de testigo a la primera sesión del juicio que, a puerta cerrada, se sigue en la Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife donde se juzga a Pablo Jesús H. G. como presunto autor de los delitos de abusos sexuales, distribución de pornografía infantil, exhibicionismo y provocación sexual, así como corrupción de menores de edad, imputaciones por las que la Fiscalía solicita que se le imponga una condena de 85 años de prisión.

Además de estos cuatro adolescentes, algunos de ellos mayores de edad ya, comparecerán en calidad de testigos otras nueve víctimas de los hechos delictivos que el Ministerio Público le imputa al procesado.

Pablo Jesús "acudía a las fiestas de los pueblos o institutos del norte para hacer fotos a los chicos y entonces se acercaba a algunos de ellos y los convencía para que se prestaran a hacer sesiones de fotos. "Les decía que tenían cualidades y aptitudes para ser modelos profesionales y entonces se ofrecía para hacerles un book fotográfico con el que luego podría promocionarles en ese mundillo de las pasarelas", relató esta mujer sobre las prácticas del procesado mientras su hijo, hoy en día mayor de edad, declaraba a través de videoconferencia en el mismo Palacio de Justicia, pero desde una sala distinta a la que se celebraba la vista oral tras solicitar éste la posibilidad de que no hubiera confrontación visual con el acusado.

Pablo Jesús H. G. se encuentra en prisión desde noviembre de 2017, después de ser detenido y ya contaba con antecedentes penales por hechos de similar naturaleza, habiendo sido condenado en firme, por lo que en este sentido se da una circunstancia de reincidencia penal a efectos del procedimiento que ahora se juzga.

Ladislao Díaz, letrado de la defensa del fotógrafo investigado, negó de forma general los delitos que se le imputan a su patrocinado, lo que trasladó ayer en su escrito de conclusiones provisionales después de presentar alguna cuestiones previas sobre las que el tribunal deliberó durante diez minutos y acabó rechazando antes de dar inicio a la vista oral. Señala el letrado que ninguna de las personas que han acudido como testigo y, por lo que obra en el sumario, ninguna de las que restan por declarar, han alegado que su defendido les obligara a realizar nada en lo que no estuvieran de acuerdo. Incluso, señaló el letrado, los menores han negado que las fotografías tuvieran contenido sexual, y que las mismas no se alejan de lo que se ve en books de fotos donde se recopila el trabajo realizado por los modelos.

La Fiscalía sostiene que el investigado es autor de varios delitos de abusos sexuales a distintas víctimas, entre ellas a menores de 13 años y a un menor de 16 años. El Ministerio Público señala que el acusado es presunto autor de un delito de abusos sexuales continuados.

En cuanto al delito de abusos sexuales que se le imputa sobre un menor de 16 años, el letrado de la defensa señaló que el menor ha reconocido en diferentes declaraciones recogidas en el sumario que hubo una relación sexual con el acusado, pero que esta fue consentida, lo que a partir de los 16 años sería una relación que de ser reconocida por ambas partes no entraría dentro de los supuestos penales, según manifestó Díaz.

La segunda sesión del juicio prevista para hoy se inicia con la declaración de más testigos.

El reo niega los delitos porque "nadie fue obligado a nada"

Pablo Jesús H. G. contestó ayer a todas las preguntas que le realizó el representante del Ministerio Fiscal en la primera sesión del juicio en el que comparece como presunto autor de los delitos de abusos sexuales, distribución de pornografía infantil, exhibicionismo y provocación sexual, y corrupción de menores de edad. La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife celebra este juicio en el que han sido llamados a declarar en calidad de testigos trece presuntas víctimas del reo quien negó, una vez más, que fuera delito lo que hizo porque para él "ninguno de los jóvenes que fotografió fue forzado para hacerlo; todos fueron de forma voluntaria a las sesiones de fotos, y, las relaciones sexuales o íntimas que mantuvo con algunos de ellos fueron consentidas, sin que forzara a nadie a mantener un contacto que no desearan, destacó el acusado.

Sin embargo, para el Ministerio Público sí que hay indicios de delitos por lo que pide para él una condena de 85 años de prisión además de considerar que al procesado debe imponérsele una pena de 10 años de libertad vigilada una vez que cumpla la condena de privación de libertad, otros cinco años de prohibición de acercarse a menos de 200 metros de cualquier lugar de donde se encuentren las víctimas, así como abonar 38.000 euros por los daños morales causados. El fiscal sostiene que las sesiones de fotografía eran una excusa del acusado para "satisfacer sus más bajos instintos de naturaleza sexual y a sabiendas de que eran menores de edad".