La Sección V de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife condenó a nueve años de prisión a un hombre de 62 años, José Alberto R.R., como autor de un delito de asesinato en grado de tentativa contra un conocido en un ataque con arma blanca cometido en El Puertito, en el municipio de Adeje, en octubre del año 2017.

Además, el procesado deberá indemnizar a la víctima con 22.479 euros por las lesiones causadas, los días de curación y las secuelas permanentes sufridas. El juicio por este asunto se desarrolló el pasado 15 de mayo en el Palacio de Justicia de la capital tinerfeña. Contra la mencionada sentencia cabe interponer recurso de apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).

El grave suceso se produjo a las cinco de la madrugada del 2 de octubre del 2017. José Alberto R.R., que tenía antecedentes penales que no le computan, acudió a la vivienda de la víctima. Tocó en la puerta en dos ocasiones. Y cuando la otra persona, identificada como Jesús, abrió, sin que pudiera llegar a percatarse de lo que ocurría, el ahora procesado sacó un cuchillo de cocina y, con el ánimo de acabar con su vida, se lo hundió en el flanco izquierdo del abdomen. Dicha puñalada generó una hemorragia que pudo ocasionar la muerte a la víctima de no haber recibido asistencia médica con carácter urgente.

El afectado tardó en sanar 168 días, dos de ellos ingresado en la unidad de cuidados intensivos de un hospital. Además, Jesús permaneció en dicho centro otras tres jornadas. Durante más de cinco meses, el afectado no pudo desarrollar su actividad cotidiana habitual y le quedaron secuelas, como un perjuicio estético ligero por una cicatriz y estrés postraumático. Los magistrados aseguran que la acción de José Alberto R.R. evidencia, por el arma empleada y la zona del cuerpo lesionada, así como por la actitud y las propias manifestaciones anteriores y posteriores del acusado, el innegable ánimo homicida. El hombre herido salvó la vida porque logró pedir auxilio y otro ciudadano acudió en su ayuda, a la vez que alertó a los servicios de emergencias. Mientras tanto, el agresor huyó del lugar. Varios residentes en El Puertito taponaron la herida y trasladaron al afectado a un centro sanitario. Uno de los testigos que intervino en el juicio aseguró que el procesado llevaba dos cuchillos grandes de cocina en el momento de los hechos. Los magistrados de la Sección V consideran que, pese a ser de cocina y de uso doméstico, tales armas blancas resultan ser plenamente idóneas para ocasionar la muerte, en atención a la profundidad que pueden llegar a alcanzar si penetran en el cuerpo de una persona. Para el Tribunal, José Alberto actuó con alevosía, ya que cuando fue atacada, la víctima tenía totalmente mermada cualquier capacidad de defensa ante una agresión repentina. Los cuchillos que portaba el ahora condenado se los quitó la mujer que lo acompañaba en el coche donde fue a El Puertito. Los magistrados creen que la declaración del acusado de que no llevaba arma blanca alguna no tiene la más mínima credibilidad, por "cambiante e inconsistente".