Angustia y estupefacción a partes iguales. Los paseantes madrugadores del paseo del Muro de San Lorenzo se vieron sorprendidos ayer por una escena insólita después de ver cómo un hombre se acercaba a la orilla con un bebé en brazos. El estado de nerviosismo que presentaba el hombre y su discurso inconexo hicieron temer lo peor a los testigos, que alertaron a la Policía Nacional ante el temor de que se metiese en el agua del mar con el bebé, que tan solo tenía 45 días de vida.

El incidente tuvo lugar entre las escaleras 10 y 11 del principal arenal gijonés pasadas las ocho de la mañana. El hombre, que terminó ingresado en el área de Psiquiatría del Hospital de Jove, llegó con su hijo en brazos hasta la arena. Allí, descalzo, comenzó a pasear por la orilla mojando los pies. Los testigos temían que sus intenciones fuesen las de meterse en el agua con el pequeño y dieron la voz de alarma. Rápidamente se personaron en el lugar cuatro patrullas de la Policía Nacional, que de inmediato bajaron al arenal para entablar conversación con el hombre y lograr que entregase al niño.

El individuo, al percatarse de la presencia policial, agarró contra su pecho al niño, al tiempo que pedía a los agentes que no se acercasen a él. Este hombre de mediana edad, visiblemente ido, exhibía un discurso poco coherente, apenas podía verbalizar y nada se le entendía a preguntas de los policías. El bebé, por su parte, comenzaba a estar morado por el frío de la mañana y al estar poco arropado para su corta edad. No obstante, los agentes en ningún momento tuvieron la impresión de que las intenciones del hombre fuesen las de hacer ningún daño a su hijo. Precisamente sus palabras parecieron tranquilizar al individuo y fueron claves para que, finalmente, el hombre les entregase al bebé sin oponer resistencia. "Es lo mejor para todos", le dijeron. Al tiempo, alertaron a la madre del pequeño, que se personó en las inmediaciones de inmediato.

También se desplazaron hasta el paseo del Muro los sanitarios, que atendieron al bebé y a su madre, optando finalmente y, por precaución, por el traslado de ambos hasta el Hospital de Cabueñes para una completa exploración. Los agentes fueron los encargados de entregar el bebé a su madre, que se tranquilizó a tenerle de nuevo en brazos y comprobar que se encontraba bien.

Los policías siguieron con el padre del niño, que no acertaba a explicar lo ocurrido ni qué hacía con su hijo en brazos por la orilla de San Lorenzo. Su estado de confusión se mantuvo en todo momento. Fueron los propios agentes los encargados de llevarle al Hospital de Jove, donde quedó ingresado en el área de psiquiatría para un profundo examen médico. Afortunadamente todo quedó en un susto y el menor se encuentra en perfecto estado junto a su madre.

Paseo matinal

Según relató la madre del niño, visiblemente afectada por lo ocurrido, su marido y padre del bebé habían salido por la mañana a dar un paseo. Después de una mala noche del pequeño, con los lloros propios, el investigado optó por salir a dar una vuelta con su hijo para que la madre pudiese descansar. Entre ellos no existía conflicto alguno y según explicó ella la convivencia era buena. Tampoco habían ocurrido episodios similares hasta ayer por la mañana.