El enfermero alemán Niels Hoegel ha sido condenado a cadena perpetua tras confesar que asesinó a decenas de pacientes suministrándoles inyecciones letales en hospitales de Oldemburgo y Delmenhorst, en el norte de Alemania. Hoegel, de 42 años, fue acusado de suministrar medicamentos a cien pacientes, el más joven de ellos de 34 años y el mayor 96, para desencadenar fallos cardíacos o un colapso circulatorio. Los abusos se extendieron desde el año 2000 hasta 2005.

Los fiscales indicaron que las motivaciones que lo llevaron a actuar así podrían ser la búsqueda de aprobación por parte de sus colegas una vez tratara de reanimar a los pacientes. El acusado, que confesó todos los crímenes en el inicio del juicio, aseveró que se trataba de "una pose para infundir respeto" y que disfrutaba de elogios y reconocimiento cuando los pacientes sobrevivían.

El tribunal consideró a Hoegel culpable de 85 asesinatos, si bien el enfermero ya cumplía una cadena perpetua tras ser condenado en 2015 por otras dos muertes.

Högel, de 42 años, fue acusado de suministrar medicamentos a cien pacientes, el más joven de ellos de 34 años y el mayor 96 años, primero en un hospital de Oldemburgo y después en uno de Delmenhorst, en Baja Sajonia.

Muchos de los pacientes no sobrevivieron.

En 2015, el enfermero fue declarado culpable y condenado a cadena perpetua por la Justicia alemana por doble asesinato, dos intentos de asesinato y dos casos de lesiones graves a pacientes ingresados en la unidad de cuidados intensivos en el hospital de la ciudad de Delmenhorst, próxima a Bremen.

Högel fue descubierto en 2005 por una enfermera en Delmenhorst cuando quiso darle un medicamento no prescrito a un paciente. Sin embargo, las familias de las víctimas tuvieron que esperar mucho tiempo para poder asistir a un juicio contra el citado empleado del sistema sanitario.

Fueron necesarios años para que saliera a la luz la magnitud de la supuesta serie de asesinatos.

Durante casi tres años se exhumaron cuerpos en busca de rastros de posibles compuestos inyectados por Hogel.

El informe final indicó que se le puede atribuir la muerte de 62 personas en Delmenhorst y otros 38 casos en Oldemburgo, aunque el número podría ser superior, ya que algunos de sus pacientes fueron incinerados.