Trabajadores del hotel Silken Atlántida, de Santa Cruz de Tenerife, salvaron a vida a un cliente que sufrió una muerte súbita en el interior de su habitación, gracias a las maniobras de reanimación iniciales que le practicaron, a la vez que activaron a una ambulancia a través de la sala operativa del 1-1-2.

Los hechos ocurrieron hace unas dos semanas, cuando el empresario argentino Roberto Morales y su esposa, Beatriz Risso, pasaban unos días de vacaciones en la capital tinerfeña.

En un determinado momento, el varón dijo a su pareja que se sentía mal y, de inmediato, se desplomó sobre la cama. La mujer llamó a recepción y hasta la citada habitación acudieron varios empleados del establecimiento.

Morales afirmó que, "tras desmayarme, según me contó, mi esposa llamó inmediatamente a recepción e inició las primeras maniobras de reanimación, ayudada por personal del hotel".

Este empresario señala que no padecía problema de salud alguno, que siempre ha practicado deporte y que los médicos lo han informado de que tuvo una "muerte súbita". El afectado indica que "volvía a nacer el 17 de mayo". Morales fue operado en el Hospital Nuestra Señora de la Candelaria para colocarle un desfibrilador automático implantable. "La magnífica coordinación del personal del hotel Silken y de los profesionales sanitarios, junto al gran cariño que me han transmitido, han permitido que yo hoy pueda contarlo", apunta Morales.

El director del Silken Atlántida, Gabriel Wolgeschaffen, que intervino también en los primeros minutos de la reanimación, apunta que la acción coordinada del personal del hotel y la pronta asistencia de los profesionales de la ambulancia fue vital para que hoy este episodio haya tenido un final feliz. El Silken Atlántida está integrado en Ashotel, una asociación que forma parte desde el año pasado de la red de espacios cardioprotegidos y tiene firmado un convenio con una empresa especializada para la instalación de desfibriladores y la formación de su personal.