Hace 30 años ya se sentía poderoso, intocable e inteligente, tanto como atreverse a decir que ningún policía lo llevaría a la cárcel. Pero desde entonces ya la ha pisado tres veces; desde ayer por un delito muy grave. Evaristo González Reyes, abogado y empresario con intereses en el ocio nocturno de La Laguna, ingresó en prisión provisional, comunicada y sin fianza por presuntamente ordenar el asesinato a tiros de quien fuera su socio o encargado, Carlos Machín, en el aparcamiento de la Escuela Oficial de Idiomas de La Verdellada la noche del 17 de abril del año pasado.

La titular del Juzgado de Instrucción número 4 de La Laguna decretó el encarcelamiento hasta la celebración del juicio de los presuntos autores materiales de la ejecución. El procesado que supuestamente disparó la pistola semiautomática contra Machín es E.I., que también está imputado por el delito de tenencia ilícita de armas. La fuga del escenario del asesinato se produjo en un automóvil sustraído que presuntamente conducía J.G., como ayer informó de forma puntual el gabinete de prensa del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).

Dos hombres más ingresaron en el centro penitenciario Tenerife II como supuestos cómplices del asesinato del empresario natural de Isora (El Hierro) y afincado en La Laguna. Uno es M.M., que esperaba a los autores materiales en las proximidades de la cafetería La Habana, en la avenida de Los Menceyes (La Laguna), para propiciar su huida, una vez que E.I. y J.G. quemaron el turismo con el que escaparon desde La Verdellada.

El quinto arrestado que entró en la cárcel es D.R., del que se sospecha que dejó dormir a los presuntos autores materiales en su finca a cambio de dinero.

En libertad provisional quedaron los varones que se encargaron de robar el Renault Clío, que después entregaron a las personas que fueron hasta la Escuela Oficial de Idiomas para matar a Carlos Machín. Ante la autoridad judicial, ambos acusados reconocieron que sustrajeron el vehículo, pero que no sabían para qué se iba a utilizar.

Los investigadores consideran que no todos los apresados sabían cuál era el fin último de sus acciones. Uno de los apresados por el robo del citado coche salió del Palacio de Justicia de La Laguna acompañado por su abogada. En un visible estado de nerviosismo, esta persona y su letrada declinaron hacer manifestaciones.

Respecto al abogado Santiago Martínez Martínez, la jueza decretó su puesta en libertad provisional como presunto autor de un delito de encubrimiento de asesinato. Su obligación será acudir a firmar al Juzgado los días 1 y 15 de cada mes, una figura judicial conocida como apud acta. Al salir del edificio, ni Martínez ni su letrado quisieron hacer declaraciones. Justo después de abrir la puerta, se limitó a comentar que "aquí seguimos con esto" al bajar unas escaleras. Al preguntarle por su implicación en la ocultación de la muerte violenta, respondió con un: "¡Ahh!; ¿están diciendo eso?". Después, abandonaron la zona en un coche conducido por una tercera persona.

Pedro Carlos Machín Quintero fue asesinado el 17 de abril alrededor de las 22:15 horas en el párking de la Escuela Oficial de Idiomas, mientras se encontraba en el interior de su vehículo, tras salir de las clases de inglés a las que acudía periódicamente.

Los testigos no pudieron identificar a los autores materiales. En cambio, sí explicaron que presuntamente dos varones esperaron a la víctima hasta que se subió a su Nissan Qashqai. Entonces, uno de ellos, E.I., según la Policía Nacional, efectuó hasta 11 disparos, de los que seis de ellos impactaron en el cuerpo de Machín.

Después, el autor de los tiros se subió en el Renault Clío conducido por J.G. y ambos salieron de La Verdellada. El citado J.G. es el tinerfeño que fue arrestado en Mogán (Gran Canaria) porque estaba allí de vacaciones con su mujer. A unos dos kilómetros del lugar del asesinato, en el barrio de Gracia, a la altura del número 118 de la avenida de Los Menceyes, en el lateral de un templo religioso, E.I. y J.G. quemaron el coche sustraído. Dicho enclave está a pocos metros de la cafetería La Habana, cuya propiedad se ha atribuido a Evaristo González Reyes. En ese lugar les esperaba un tercer hombre, (M.M.), que los trasladó a otra zona en un segundo turismo.

El Renault Clío fue robado el 15 de abril (dos días antes del trágico suceso) en un aparcamiento del número 7 de la avenida de Los Majuelos, en La Laguna. La sustracción fue denunciada por el propietario del coche el día después en la Comisaría de la Policía Nacional de dicho municipio. En la inspección ocular realizada por la Policía Científica después de que los bomberos apagaran el incendio del automóvil no se encontraron sus matrículas originales. En cambio, los agentes sí hallaron la placa de otro tipo de vehículo, concretamente un Ssangyong Korando, que estaba abandonado y aparcado en Las Chafiras, en San Miguel de Abona, según el relato de los hechos ofrecido por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC).