La investigación sigue abierta, pero ayer había nueve detenidos por el asesinato de Carlos Machín. Unos vigilaron a la víctima, otros robaron el coche usado para escapar del escenario del tiroteo, otros actuaron a sangre fría para acabar con la vida del empresario herreño afincado en La Laguna. Pasadas las diez de la noche del 17 de abril de 2018, Machín salió de la Escuela Oficial de Idiomas situada en La Verdellada (La Laguna). En el aparcamiento lo esperaban, al menos, dos hombres en un Renault Clío blanco. Esperaron a que la víctima se sentara en su Nissan Qashqai negro. Acababa de arrancar el vehículo y un sicario realizó varios disparos cuando era más vulnerable. Dos de ellos le alcanzaron de lleno, en la cabeza y el pecho. Rápidamente, los autores del hecho huyeron del barrio lagunero a toda velocidad, según informaron varios testigos. Minutos después, el Renault Clío, que fue robado en el barrio de Los Majuelos, fue quemado con un producto acelerante junto a una iglesia situada en el barrio de Santa María de Gracia y cerca de la cafetería La Habana, cuya propiedad siempre se ha atribuido a Evaristo González Reyes. A la una de la madrugada del 18 de julio, agentes del Grupo de Homicidios de Santa Cruz de Tenerife ya estaban sobre la pista de las personas implicadas en el trágico suceso. Desde el primer momento, se relacionó el asesinato con el pasado de Carlos Machín como encargado de locales de ocio nocturno del empresario y abogado, como son la discoteca El Palco y el pub Kapitel. La obtención de pruebas e indicios no ha sido fácil, pero el trabajo y la paciencia de los policías encargados del caso, finalmente, dieron resultado.