Era el principal sospechoso desde el minuto uno, para los policías y para muchos ciudadanos. Pero había que reunir pruebas. Y, tras 407 días de duro trabajo, los investigadores de la Policía Nacional detuvieron al abogado y empresario Evaristo González Reyes como presunto autor intelectual del asesinato a tiros del que fuera su socio, Carlos Machín, que ejerció durante muchos años como encargado de dos de los locales de ocio nocturno más conocidos de La Laguna y que había emprendido una actividad empresarial alejada de la hostelería y del propio Evaristo. Los agentes arrestaron a otras ocho personas más por su implicación en la brutal muerte del ciudadano herreño afincado en Aguere. Todos formaron una "banda" en la que cada uno tenía su propio cometido, según las pesquisas reunidas por los funcionarios del cuerpo de seguridad. El resto de los arrestados ayer por el trágico suceso son canarios o residentes en Tenerife.

Los profesionales del Grupo de Homicidios de Santa Cruz de Tenerife, junto a otros profesionales escogidos de otras unidades y agentes de la Comisaría Central de Policía Judicial de Madrid, programaron un plan de actuación con el principal objetivo de que no hubiera "chivatazos" ni "filtraciones" a Evaristo González Reyes o alguna persona cercana al mismo por parte de algún funcionario de los cuerpos de seguridad o del estamento judicial. Durante más de un año también buscaron que los presuntos acusados en este asunto bajaran la guardia y dieran algún paso en falso. Y esa jugada también les ha salido muy bien para el objetivo último: la captura de los presuntos autores.

Una vez más, el rastreo de las llamadas y terminales de teléfonos móviles ha sido fundamental para llegar hasta los presuntos implicados en el asesinato a tiros de Carlos Machín en el aparcamiento de la Escuela de Idiomas de La Laguna. Durante meses, algunos de los profesionales del cuerpo de seguridad han llegado a analizar una cantidad ingente de datos para poder establecer los vínculos apropiados entre los ahora apresados y, sobre todo, el papel de autor intelectual del abogado y empresario. Y más allá de capítulos puntuales, esa tarea se ha prolongado durante más de 12 meses.

Evaristo González Reyes se ha convertido en las últimas décadas en un empresario controvertido. Ha sido detenido, al menos, tres veces. Hace treinta años, estuvo tres meses en la cárcel por retención ilegal y coacciones al que fue director general del Juego del Gobierno canario, José Antonio Acha Meneses, en un proceso por el que finalmente fue absuelto. Y en febrero del 2012, el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de La Laguna, César Romero Pamparacuatro, ordenó su arresto en el inicial caso Corredor, por el que también estuvo en Tenerife II varios meses, hasta que salió en libertad provisional. Al igual que ayer, los agentes registraron entonces su despacho, frente a la Plaza de la Milagrosa en La Laguna. Una pieza separada de ese asunto se juzga, a día de hoy, en la Audiencia Provincial. Evaristo González acompañó a la viuda e hijas de la víctima en el viaje para el entierro de Machín en El Hierro. Frente a lo que se hizo creer desde un principio, el autor de los disparos es un ciudadano canario al que le constan varios antecedentes policiales y que se encuentra entre los detenidos. Respecto al resto de los miembros de esta "banda", unos tienen detenciones anteriores y otros carecen de historial delictivo. Un apresado solicitó el habeas corpus (trámite por el que cualquier ciudadano puede pedir su comparecencia inmediata ante el juez para aclarar la legalidad de la detención), pero finalmente se retractó de esa medida.

Uno de los arrestados es el abogado Santiago Martínez Martínez, compañero de despacho de Evaristo y que ha ejercido de abogado defensor de este en alguna ocasión.

Santiago Martínez se erigió en portavoz de la familia de Carlos Machín al día siguiente del asesinato, cuando, entre otras cosas, negó que la víctima estuviera pendiente de declarar por el caso Corredor.

La mayoría de los arrestos se han llevado a cabo en enclaves de La Laguna; uno, en el Sur de Tenerife y otro, en Gran Canaria.

Durante muchas horas, agentes de la Policía Nacional llevaron a cabo seguimientos a los sospechosos, vigilancias de domicilios y escuchas telefónicas, entre otras intervenciones. Y, a las 8:00 horas de ayer, se "reventó" la operación con el permiso de la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de La Laguna. A través del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, la autoridad judicial ha valorado "muy positivamente el concienzudo y sobresaliente trabajo de los funcionarios policiales tinerfeños".