El director del Parque Nacional del Teide, Manuel Durbán, manifestó que, después del incendio de la pasada semana en este espacio protegido, que afectó a unas 40 hectáreas de superficie, ahora los esfuerzos se centrarán en la restauración de las especies botánicas en el interior del territorio afectado.

Durbán comentó que las retamas quemadas se hallaban en buen estado y tenían dos o tres metros de altura. De hecho, opina que el espacio afectado era uno de los mejores enclaves de retamar que podían localizarse en el Parque Nacional del Teide, aunque no el mejor. Resaltó que, tras sofocar las llamas, la mejor noticia es que el fuego fue paralizado antes de que se introdujera en el paraje de La Fortaleza, donde existe una cantidad significativa de especies muy frágiles y ecológicamente muy valiosas.

La superficie

En cuanto a la superficie arrasada por el fuego, considera que "no es muy grande" si se tiene en cuenta el conjunto del Parque Nacional, que alcanza las 18.900 hectáreas.

Los trabajos para que la Cañada de los Guancheros y sus alrededores recuperen el aspecto que tenían antes del incendio no serán rápidos ni sencillos. Por el contrario, requerirán muchos años y un esfuerzo considerable.

En opinión de Manuel Durbán, para lograr ese objetivo se tardarán 20 o 25 años. Así lo manifestó también el reconocido botánico tinerfeño Wolfredo Wildpret de la Torre. Los principales enemigos para el correcto crecimiento de las retamas serán los animales herbívoros introducidos, principalmente el conejo.

Por esa razón, los responsables de la gestión del espacio protegido planificarán el vallado en el perímetro de toda la superficie afectada por las llamas. Su objetivo es que la colocación de esa barrera sea realmente eficaz y que los conejos no logren sortear la misma.

Manuel Durbán reconoció que el suelo, formado por piroclastos de pumitas, junto con coladas de lava, no ayudará a alcanzar los objetivos de la instalación de la citada valla. La irregularidad del terreno, las fisuras o los agujeros no contribuirán precisamente a impedir el paso de los citados herbívoros.

La "reintroducción" de las retamas en las decenas de hectáreas dañadas por las llamas se llevará a cabo a través de dos vías. Una de ellas consistirá en el reparto controlado de semillas. Y la otra pasará por plantar retamas de uno o dos años de vida, que se sacarán del vivero que posee para tal función el Parque Nacional del Teide.

Plantas jóvenes

En opinión de Manuel Durbán, en tres, cuatro o cinco años ya se podrán ver plantas jóvenes. No obstante, para alcanzar el tamaño de los ejemplares carbonizados por el fuego deberán pasar más de dos décadas.

El director del espacio protegido con mayor superficie de Canarias señala que, por ahora, se han prohibido las jornadas de control del muflón en la zona del Pico Viejo, que afecta al espacio quemado. También se ha impedido el acceso a los senderos que cruzan por el paraje afectado. Por ahora, el incendio no afecta a la celebración de la prueba deportiva Tenerife Blue Trail, ya que su recorrido pasa a un kilómetro del perímetro de la zona dañada. Manuel Durbán indica que "ahora estamos recuperando la normalidad".